A diferencia de quienes le sucedieron en la palabra en la clausura de la convención, Javier Moliner sí articuló su discurso con Castellón como eje. Sin abandonar el cariz económico, instó al Gobierno a no ser cicatero a la hora de invertir en infraestructuras en la provincia, porque “el Estado sabe que cuando gasta aquí cinco, Castellón le devuelve diez”. De hecho, según recordó, el sector cerámico exporta a 186 de los 196 países del mundo y es líder en el sector de fritas y esmaltes. “Para conseguir el círculo virtuoso debemos apostar por menos administración, menos subvenciones y más empleo”, remarcó.

Frente a las críticas de Podemos al sometimiento del Gobierno a los poderes financieros, el presidente provincial del PP replicó que las medidas de austeridad adoptadas en los últimos tres años “no se han hecho por los bancos ni por la prima de riesgo, sino por la gente, por nadie más”. “Otros creen que el Estado debe intervenir en todo y nosotros creemos que son las empresas y los ciudadanos quienes generan felicidad”, añadió. Moliner animó al Ejecutivo a “rebajar la carga fiscal en las familias y en las empresas” para afianzar la recuperación. H