La revolución digital o 4.0 no debe concebirse como la compra de un robot o una máquina que gestione el big data, sino como una oportunidad de mantener una producción adaptada a la gestión permanente de las demandas de los clientes que nos permite la gestión de los datos». Con estas palabras, el presidente de la Diputación, Javier Moliner, centró el debate de la jornada sobre Industria 4.0, organizada por Mediterráneo y El Periódico del Azulejo.

El dirigente provincial se refirió a la transformación digital que deben acometer empresas y administraciones como la «cuarta revolución industrial», que a su entender tiene como principal peculiaridad que mientras las anteriores «llegaban a las compañías antes de afectar a la vida doméstica, ahora la sociedad ha interiorizado antes que el tejido producido las transformaciones».

En este sentido, aseguró que los datos «son al siglo XXI lo que el petróleo era durante la centuria anterior: la clave para generar beneficios». En paralelo, instó a las empresas a aprovechar la «gran oportunidad» de «seguir con la actitud inconformista e innovadora» para «sacar adelante todas las opciones que la tecnología actual nos brinda».

EL PAPEL DE LA DIPUTACIÓN

Moliner afirmó que la institución que preside quiere ser partícipe de estas transformaciones y que, por ello, ha sido «la primera en activar un grupo de trabajo para adaptarse a los procedimientos del Building Information Modelling (BIM)», una metodología que permite «centralizar toda la información para ser más eficientes a ciudadanos y empresas».