Avelino, Avelino, Avelino”. Este fue el grito que se escuchó en varias ocasiones durante la tarde de ayer en la Casa de la Cultura de Moncofa, la ciudad natal de Avel·lí Corma, que ayer recibió en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. Estos vítores se los dedicaron los niños que llenaron las butacas del salón de actos, a los que se les repartieron aplaudidores hinchables que ellos mismos decoraron con mensajes de enhorabuena al científico. Y es que ayer todos los pequeños querían dedicarse a la ciencia.

En la fachada del edificio, una gran pancarta con la inscripción Felicitats Avelino! ya anunciaba que el día ayer no era uno más. En este sentido, la concejala de Cultura, Ana Safont, remarcó el “carácter festivo” de la jornada, “en la que todos hemos disfrutado y que ha servido para que los vecinos demostremos nuestro orgullo y cariño hacia él y su familia”.

Unas 250 personas siguieron en directo la retransmisión de Televisión Española. Los primeros aplausos y cánticos se produjeron con la llegada de Corma al Teatro Campoamor de Oviedo. “Es él, es él”, gritaban los más pequeños, que habían sido invitados para vivir la entrega de premios de esta manera tan especial. Cuando llegó el momento del discurso, la algarabía se convirtió en silencio. Todos querían escuchar las palabras del investigador. Algunas personas, sobre todo amigos, no pudieron evitar emocionarse. H