Un ciclista es, a todos los efectos, un conductor más y, por este motivo, están sujetos también a la normativa antialcohol al volante del Reglamento General de Circulación. Y es que está a los mandos, desde el manillar, de un vehículo, de dos ruedas claro está, y que circula por una calzada, por lo que se le aplican las mismas reglas que al resto y con la misma contundencia.

En los últimos cuatro años, en las carreteras de la provincia, 11 ciclistas han sido cazados por la Guardia Civil de Tráfico de Castellón circulando bajo los efectos del alcohol, según confirmaron a Mediterráneo fuentes oficiales.

Y es que al ciclista no le está permitido superar los 0,25 mililitros de alcohol por litro de aire expirado y la Guardia Civil o la Policía Local puede pedirle que sople en las mismas circunstancias que al resto de usuarios. Pero, ¿cuándo puede ser o cuándo sucede esto? Pues en un control preventivo de los que suele desplegar la Guardia Civil de Tráfico en las carreteras de la provincia de Castellón; cuando sea cazado cometiendo una ilegalidad o poniendo en peligro la seguridad del resto de usuarios de la vía; si se ve implicado en un accidente de circulación e, incluso, en situaciones en las que es evidente que está bajo los efectos del alcohol o de cualquier sustancia psicotrópica o estupefacientes a la vista de los propios agentes.

DE 500 A 1.000 EUROS // En estos casos, como los 11 registrados en las carreteras de Castellón, los ciclistas se enfrentaron a sanciones administrativas de 500 euros como mínimo y, cuando duplicaron la tasa de alcohol --como les ocurrió a la mitad de los cazados-- a multas de más de 1.000 euros.

Una broma que sale bastante cara y que muchos ciclistas no tienen en cuenta, sobre todo, cuando salen en grupo los domingos para realizar una ruta y, después, ir a almorzar. Un hecho que es muy típico en Castellón. Es al regresar, cuando, según las mismas fuentes, los conductores a dos ruedas pueden dar positivo. H