Desde una vertiente más histórica y de investigación, el profesor de Geografía Humana de la Universitat Jaume I, Javier Soriano, en su trabajo La doble llegada del ferrocarril a Castellón de la Plana. Su incidencia en el territorio y en la ciudad, evoca esta llegada del primer tren a la capital de la Plana: “En vísperas de la Navidad de 1862 llegaba el ferrocarril a la capital de La Plana, cuando la ciudad apenas superaba la barrera de los 20.000 habitantes y su crecimiento urbanístico empezaba a experimentar una aceleración, acompañado por el despegue económico y con la recién estrenada capitalidad de provincia (1833) como acicate para emprender una auténtica reforma interior. La primera locomotora a vapor llegaba el 22 de noviembre de 1862, aunque la vía férrea Valencia-Castellón se inauguró oficialmente el día 20 de diciembre”.

“La imagen capturada por los primeros pasajeros de la línea Valencia-Castellón a finales del siglo XIX era eminentemente agrícola -campos de cultivo de regadío y secano combinados con marjales- ya que el tren nacía como una infraestructura pensada para no limitar el crecimiento de las ciudades, por lo que se buscaron para las estaciones emplazamientos relativamente distantes de los centros urbanos”, señala Soriano la importancia geoestratégica de ese nuevo medio de transporte. Una presencia del ferrocarril que supondrá todo un avance en el transporte no solamente de pasajeros, sino también en la evolución económica y social. H