En la castiza calle Ros de Ursinos, en pleno corazón del Raval de Sant Félix, se alza el convento de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Un edificio con valor patrimonial, que llegó a ser seminario y a acoger un colegio, el de San Juan de al Cruz, con una demolición contemplada hace una década, se salva ahora -como ya recogió ayer este periódico- a través de una modificación del contrato de programación de la Unidad de Ejecución 18 sobre la que se asienta, que pasará por el pleno de hoy del Ayuntamiento.

Según el informe que se abordará en la sesión plenaria, el Catálogo de Patrimonio Arquitectónico que forma parte del Plan General -en exposición pública hasta el 21 de marzo-, «el claustro del edificio conventual, con valor patrimonial, está protegido».

Nuevas condiciones

La modificación del contrato de programación de la unidad de ejecución 18 UE-R -de 5.295 m2- se concretará en un Plan de Reforma Interior (PRI), que recogerá las nuevas condiciones de ordenación, concretando las zonas y las condiciones del bloque residencial y del edificio conventual. Además, de conservar y rehabilitar el convento, las otras condiciones pasan por mantener la ubicación de la zona verde de uso público, con su frente principal en la avenida Capuchinos. Se ajustará la superficie y su morfología con motivo de la modificación de la huella de las parcelas edificables residencial y dotacional colindantes. Además, el subsuelo de la zona verde será edificable con destino a garaje-párking. Como consecuencia de las anteriores condiciones, también variará la superficie ocupada por el uso residencial, cuya edificabilidad se materializará en un bloque lineal situado sobre la alineación de la calle Juan de la Cierva.

Todo, para armonizar el interés público municipal con los derechos del agente urbanizador y los propietarios del suelo.