El exgerente de Orange Market -filial valenciana de Gürtel- Cándido Herrero reconoció ayer en el juicio por la Gürtel que elaboró las facturas de la empresa, si bien ha dicho que lo hacía «al dictado» de dos de los cabecillas de la trama, Pablo Crespo y Álvaro Pérez, el Bigotes, que eran «los que mandaban».

Durante su declaración de tres horas en la vista a la rama valenciana de la Gürtel, que celebra la Audiencia Nacional, Herrero se desvinculó de cualquier responsabilidad en la facturación de los actos de campaña de las elecciones del 2007 y el 2008 que la trama organizó para el PP.

Aunque admitió que era él quien confeccionaba las facturas, dijo que respondía órdenes del considerado número 2 de la trama, Pablo Crespo, y del responsable de Gürtel en Valencia, Álvaro Pérez, el Bigotes, quienes le dictaban el concepto y la cantidad.

«Yo nunca recibí dinero. A mi me decía el señor Crespo ‘anota en la columna eso’, pero yo nunca recibí ningún paquete o sobre», aseguró Herrero, que se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 17 años de prisión. A preguntas de su abogado, dijo que desconocía a quién pertenecen las siglas «M. R.» o «L. B.» que aparecen en los apuntes contables de la trama y ha reiterado que él no participó en el cobro irregular de facturas al PP. Según Herrero, también eran los dos cabecillas de la trama quienes le solicitaban que fuese a la sede del PP valenciano para entregar las facturas a la exgerente Cristina Ibáñez -también acusada-, y que casi siempre le pagaban en talón o en transferencia. «¿Hasta qué punto podía saber si los servicios eran ficticios o no? Para mí eso era muy complicado», añadió exculpándose Herreros.