Los paranyers son “totalmente optimistas” con la posibilidad de llevar a cabo este año, por fin, los estudios científicos para determinar que este tipo de caza tradicional es selectiva y por tanto puede ser legalizada. Según se informó en la asamblea de compromisarios que la entidad que les agrupa, Apaval, celebró ayer en Vila-real, cuatro entidades han solicitado este año que se lleven a cabo los estudios científicos, para los que los socios de Apaval ceden los paranys (el año pasado eran 33) y forman y aportan los voluntarios para llevar a cabo el análisis de las especies (lo realizan los propios paranyers).

Con la suma de estas cuatro entidades, la organización espera superar la principal razón por la que la Conselleria de Medio Ambiente denegó el año pasado, a falta de solo una semana para el inicio de los estudios, la autorización para realizarlos. El año pasado fueron dos profesores de la Universitat Politècnica de València los que solicitaron los estudios. Y en este a ellos se han sumado dos entidades nacionales y otras dos internacionales: la Oficina Nacional de la Caza, el Colegio de Ingenieros de Montes de Madrid, OMPO (aves migratorias del paleártico occidental, en sus siglas en francés) y el Instituto Mediterráneo del Patrimonio Cinegético y Faunístico.

Dado que esta última organización llevó a cabo estudios similares “desde el 2007 al 2011”, el presidente de Apaval, Miguel Ángel Bayarri, confía en que “no haya ningún problema” en que pueda volver a llevarlos a cabo, esta vez aplicados al parany.

De hecho, Apaval ya ha registrado la solicitud en la Conselleria de Medio Ambiente para llevar a cabo estos estudios científicos, en los que estas organizaciones deben vigilar, mediante visitas periódicas a los paranys, “que los controles se están realizando correctamente”. Una vez registrada la solicitud, ahora son los técnicos de la Conselleria los que deben llevar a cabo un informe preliminar sobre la solicitud y después se debe producir la autorización. Todo, a falta de menos de un mes para el periodo de mayor migración del tordo, que se produce entre mediados de octubre y mediados de noviembre.

En este sentido, la solicitud de Apaval marca desde el 10 de noviembre hasta aproximadamente un mes después la fecha de realización de los estudios.

Respecto a una posible negativa de la Conselleria, Bayarri apunta que, tras evaluar los motivos, “si son correctos” los aceptarán, pero, si estiman que no lo son, “recurriremos y llegaremos hasta los tribunales si hace falta”.

entidad europea // Relacionado con todo esto, Bayarri destaca que Apaval está colaborando con las entidades europeas antes citadas “para crear una agrupación europea que marque las pautas de los estudios científicos” en el continente. Estos no solo servirían ya para el parany, sino que también comprenderían otras actividades cinegéticas. H