La Asociación Pro Banco Valencia, el colectivo de accionistas que busca evitar que sus títulos se valoren a cero, después de haber sido intervenida por el Banco de España, defiende que su valoración está entre 900 y 950 millones de euros. Así lo ha determinado un informe que ha realizado el despacho Luis Caruana y Asociados, en base a su “capacidad para generar dinero”, explicó su tesorero, Joaquín Maldonado.

Con este estudio, la organización pretende poner en valor los más de 500 millones de acciones, que ayer se cotizaban a 0,235 euros --123 millones en total--. Según Maldonado, esta cifra es ficticia, como tampoco refleja la realidad los fondos propios de más de 350 millones que a final de año contabilizó el FROB.

Según la organización, que ayer se presentó en Castellón, estos indicadores no recogen aspectos como “la marca, la capacidad de gestión, los empleados o el fondo de comercio”, indicó Maldonado, quien destacó que Banco Valencia “puede aportar beneficios a quien se lo quede”. Así, tratar de obtener un valor para las acciones no busca una rentabilidad inmediata, sino que los accionistas continúen en la nueva entidad que surja tras la compra. Tampoco se valora en los indicadores el carácter valenciano de la entidad, algo “fundamental” hoy en día, cuando “las cajas han dejado de ser valencianas”, manifestó el presidente de la asociación, Vicente Simó.

Una cincuentena de personas siguieron ayer viernes las explicaciones de la junta directiva, que concretó que en unas semanas se convocará la asamblea general que debe dar paso a la adjudicación a un nuevo postor.

Preguntado por las causas de la caída del banco, Simó criticó a Bancaja --accionista mayoritaria--, “que nombraba” a los gestores y que “determinadas operaciones que no quería las hacía a través de Banco Valencia”. Además, señaló que ahora se ha desentendido por completo de la entidad. H