Una procesión de británicos agotados y quemados por el sol desfilaba ayer por Benicàssim, una estampa habitual cada año cuando finaliza el FIB. Su destino, la estación de la localidad, para desde allí comenzar el viaje de vuelta a Gran Bretaña. Y es que este colectivo significa el 55% de los asistentes al festival, con lo que, atendiendo a las cifras oficiales, alrededor de 20.000 personas dejaron ayer los establecimientos de alojamiento de la provincia tras cuatro intensas jornadas de festival, sol y playa. También lo hicieron los españoles que vienen de otras provincias, que se dispersaron por el territorio nacional.

La gran mayoría de ingleses estaban alojados en los dos cámpings que habilita la organización: el Villacamp y el CampingFest. Ambos espacios cerraron en el mediodía de ayer, por lo que la marcha era obligada. El resto se alojaron en apartamentos turísticos o en hoteles de la costa. En cuanto al método de transporte elegido para partir, el tren y el autobús fueron los preferidos para conectar con los aeropuertos de Valencia y de Barcelona.

Termina así una edición en la que se ha registrado un descenso en el número de fibers --160.000 asistentes durante los cuatro días frente a los 177.00 del 2017---, pero cuyo balance, a juicio de la organización, es muy positivo. Lo es especialmente del el viernes, cuando The Killers congregaron a 48.000 personas en el recinto.

Trenes llenos

Los Cercanías se quedaban ayer pequeños para acoger a tanto británico. Desde Benicàssim hasta València, el tren subía a fibers en todas las paradas, con lo que muchos de ellos optaron por sentarse en el suelo de los vagones del tren, al estar todos los asientos ya ocupados.

Claro que no todos los extranjeros presentes en Benicàssim durante estos días llegaron del Reino Unido, ya que según los datos que manejan desde la organización, también hubo numerosos fibers de Australia, Francia, Alemania y Estados Unidos.

No obstante, el año que viene se presenta un importante reto para Melvin Benn, el director del FIB. Y es que en 2019 se cumplirá la 25ª edición del evento, que tal y como explican fuentes de la organización se quiere celebrar con un incremento notable en el número de asistentes. En este sentido, la referencia la marca el año 2011, cuando gracias a la presencia de Arctic Monkeys y Arcade Fire, entre otros grupos, se alcanzaron los 200.000 fibers.

Por otra parte, el PSPV de Benicàssim criticó ayer a la alcaldesa de la localidad, Susana Marqués, a la que reclamaron mejores accesos al festival, barreras acústicas y una mayor promoción.