La provincia vibra al paso que marca la Guardia Real en su visita oficial a Castellón y ayer lo hizo, nuevamente, de norte a sur, con miles de espectadores y un completo programa de actos. Las demostraciones se sucedieron en Castellón, Vila-real, Burriana, Benicàssim y Orpesa, Peñíscola, Alcudia de Veo, l’Alcora, Llucena, Cabanes, Catí, Morella, Cinctorres y Sant Mateu. El público vitoreó a los componentes de las escuadras, unidades, secciones y grupos, que dieron cuenta de su destreza y profesionalidad en las exhibiciones con animales, pasacalles, actividades deportivas de riesgo y desembarcos.

En la capital de la Plana cerca de 40 miembros de la Guardia Real desfilaron desde el Parque Ribalta hasta la plaza Cardona Vives, realizando una parada militar en la plaza de Las Aulas, donde los esperaban la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, y el presidente de la Diputación, Javier Moliner, entre otras autoridades.

El jefe de Estado Mayor de la Guardia Real, el teniente coronel Antonio Casals Abraham, solicitó permiso a Marco como máxima autoridad municipal para dar comienzo a una exhibición en la que la sección de movimientos floreados --con una selección de honores de tierra, mar y aire-- acaparó todas las miradas. Al concluir el acto, la emoción y admiración de los cientos de presentes se tradujo en algún ¡Viva España! y ¡Viva el Rey!

Por la tarde, la Basílica de la Mare de Déu del Lledó vivió uno de los grandes momentos cuando la Guardia Real le entregó a la patrona de Castellón el ros, sombrero de ceremonia que portan sus miembros. El obispo, Casimiro López, presidió una misa tan multitudinaria como emotiva, con la música de la Banda Sinfónica de la Casa Real, unida a la Coral Veus de Lledó. Y la melodía de la Guardia Real impregnó también las paredes del Auditori, que a las 19.00 horas, celebró un espectacular concierto de la Unidad de Música. Sabor a Castellón en el repertorio interpretado, con bonitos guiños a la ciudad. El pasodoble Rotllo i Canya y el Magdalena Festa Plena causaron auténtica sensación.

FUROR DE NORTE A SUR / Pero el furor por la Guardia Real no solo se siente desde el día 18 en la capital, sino también en cada una de las localidades que visita. Vila-real se convirtió ayer en centro neurálgico de las demostraciones a caballo y con los perros mejor entrenados.

Peñíscola, por su parte, asistió a una simulación de desembarco, con balas de fogueo e, incluso, maniobras en las que los militares abatieron a falsos enemigos. Todo un espectáculo de acción que hizo que los niños no perdieran detalle, siempre soñando con llegar a ser como esos héroes de carne y hueso.

HOY, EN EL PARQUE RIBALTA / La capital de la Plana alberga hoy, a las 12.00 horas, el acto que pondrá punto y final a la visita de la Guardia Real a la provincia, que ha contado con un completo programa de actividades.

El Parque Ribalta será testigo de la última parada militar, en el marco de la cual se llevará a cabo una jura civil de bandera en la que podrán participar todos los castello-nenses que lo deseen --hasta llegar a un total de 200 personas que deben haber entregado sus instancias en la Subdelegación de Defensa--.

El acto militar estará presidido por el jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey, el almirante Juan Ruiz Casas, y se espera una multitudinaria asistencia de ciudadanos y autoridades.