Los barracones que hasta hace unos meses venía ocupando el departamento de Prevención de Riesgos Laborales y Medicina del Trabajo del Hospital Provincial

--ya reubicados en el centro-- comenzaron ayer a retirarse para situar en esta zona los otros módulos prefabricados que acogerán la Unidad de Conductas Adictivas (UCA). Se trata de una medida provisional que dura ya casi diez años y cuya vigencia dependerá aún de que se alcance un acuerdo con la comunidad religiosa que reside en el centro, en cuyo espacio --con una superficie de unos mil metros cuadrados-- se ha pensado destinar, en el futuro, tanto a esta como a otras unidades del centro hospitalario.

Tras la retirada de los viejos barracones, el centro se propone acondicionar la zona para recolocar aquí la UCA, que cambiará de ubicación y se pretende renovar con la dotación de nuevos barracones que, en calidad de alquiler, supondrá un coste para el centro de algo más de 77.000 euros al año, tal como se señala en las condiciones de licitación promovida en diciembre por la Conselleria de Sanidad.

La instalación de estos módulos prefabricados provisionales permanecen casi una década después de su implantación en el recinto del centro sanitario, pese a las promesas de los responsables de la Conselleria de eliminar estas estructuras de manera definitiva. Finalmente, esto no será posible hasta que no se logre un acuerdo con la comunidad de religiosas del centro, que ocupan un espacio en el que, entre otras cuestiones, se plantea reformar y desplazar tanto la UCA, como la ampliación de las urgencias, entre otros proyectos. «La idea es que todas las unidades estén agregadas y conectadas dentro del mismo edificio», tal como expone el director gerente del Provincial. Ximo Sanchis.