El candidato a la secretaria general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, mostró ayer su confianza en que el congreso nacional de los socialistas valencianos previsto para los días 30 y 31 de marzo y 1 de abril les permita salir “unidos y fuertes” para “capitanear” el futuro de la Comunitat”.

Así se pronunció en el encuentro con militantes y simpatizantes en la sede de la formación de Benicarló. Puig estuvo acompañado, entre otros, por la portavoz socialista en el ayuntamiento, Xaro Miralles, y el secretario de local, Román Sánchez.

El alcalde de Morella y también diputado nacional en el Congreso de los Diputados explicó que “el partido solo tendrá futuro y será la alternativa que demanda la sociedad si somos capaces de contar con todos, de abrirnos a la sociedad civil y de tender puentes con muchos colectivos que han dejado de confiar en nosotros”.

GUERRA EN LA CAPITAL // Pero la realidad parece que va por otro lado. Puig está en el proceso de captación de adhesiones y todo apunta a que será el ganador. La mayoría de asambleas locales para la elección de los 64 delegados en liza por la provincia se celebrarán hoy y mañana.

Las primeras ya reflejan el peso mayoritario de Puig en la provincia, que ronda el 65%: el delegado de l’Alcora será Samuel Falomir o el de Càlig, Ruth Sanz, ambos afines a Puig. Solo Javier Muñoz, de les Alqueries, apoyará a Alarte, mientras que José Vicente Isach, de Moncofa, aún no ha decidido. En Vila-real, ayer se eligieron a los 4 delegados: José Benlloch, de Alarte; Francisco Valverde, de Puig; y Silvia Gómez y Sabina Escrig, que no se han pronunciado.

Pero la capital de la Plana volverá a ser, una vez más, un campo de batalla. Hoy (18.30 horas) se celebrará la asamblea local, donde se reflejará lo dividida que está la agrupación. Casi seguro habrá dos listas: la de la ejecutiva e Izquierda Socialista, que apoyaría a Puig; y otra con la gente de Clara Tirado e Ignacio Subías, que apuestan por Alarte. Todo apunta a que, como ya ocurrió cuando hubo que elegir entre Rubalcaba y Chacón, ganarán Tirado y Subías, evidenciando la falta de control que tiene la dirección. H