Azul, verde, amarillo, gris.... y ahora también marrón. Si es de los que piensan que un contenedor de basuras es un contenedor, sea del color que sea, está totalmente equivocado. Tirar los residuos que genera en casa en uno u otro depósito importa, y mucho. Si todavía no lo hace, sepa que dentro de cuatro años no tendrá más remedio que separarlos, ya que la Unión Europea, en el 2020, obligará a todos sus estados miembros a alcanzar el 50% de recuperación de los residuos domésticos. Será solo el principio. El objetivo es que de ese 50% se pase al 60% en 2025 y al 65% en 2030. ¿Y todo eso qué significa? Que los municipios (todos) estarán obligados a implantar nuevos sistema de recogida selectiva de materia orgánica. Y ahí es donde entra en acción el llamado quinto contenedor de basura, el de color marrón.

Aunque la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente es partidaria de combinar el quinto contenedor con la recogida puerta a puerta (más útil, argumenta, en municipios más pequeños), algunos ayuntamientos de la provincia, de manera experimental, han instalado en sus calles los contenedores marrones. Uno de los pioneros fue Càlig y en otoño se sumó Vila-real. «En total se instalaron 25 contenedores de color marrón por toda la zona comprendida entre las avenidas de Francesc Tàrrega, Mediterráneo, Francia y Grecia, con un área de población de unas 2.000 personas», explica Josep Pascual Sancho, concejal de Agricultura y Medio Ambiente de Vila-real. Tras permanecer en la calle durante 12 semanas, el Ayuntamiento está evaluando el resultado obtenido. «Todavía no disponemos de los datos y, cuando los tengamos, será el momento de analizarlos y decidir si el sistema se extiende a toda la ciudad», apunta el edil.

Vila-real ha culminado el programa piloto, pero Almassora y Onda están en ello. En Onda se han distribuido una veintena de contenedores, mientras que en Almassora han sido 28. «Durante los dos primeros meses se lograron recoger 1.250,66 kilos, por lo que el proyecto, gracias a la implicación de los vecinos, está resultando un éxito”, argumenta María José Tormo, concejala del departamento de Medio Ambiente de Almassora.

Primero fueron Càlig y Vila-real, ahora son Almassora y Onda, y en apenas quince días el quinto contenedor llegará a la ciudad de Castellón. Lo hará también de forma experimental. En total se repartirán 56 bidones en tres zonas muy concretas de la ciudad: en entorno de la calle San Roque con Alcalde Tárrega, parte del Raval Universitari y la zona Centro. Unos 7.600 vecinos participarán, de forma voluntaria, en un proyecto que aspira a perdurar en el tiempo. «Los primeros contenedores marrones llegarán a las calles de Castellón a finales de este mismo mes y la iniciativa durará 9 meses», describen desde el Ayuntamiento de la capital, que ha invertido 107.000 euros.

¿qué hay en la basura?

Pero, ¿cómo funciona el bidón marrón? ¿Qué se debe echar en él? ¿Qué contiene la bolsa de basura? En Castellón, cada hogar genera una media de una toneladas de residuos al año. De esa cantidad, el 44% es materia orgánica, el doble que el papel y cartón (suponen el 21%) y cuatro veces más que los plásticos, que representan casi un 11%. Eso significa que de cada kilo de basura que se genera en los hogares de la provincia, casi 500 gramos son materia orgánica, un tipo de residuos que se pueden aprovechar y de la que se obtienen recursos como compost o biogás. Y aunque en Castellón prácticamente la basura no llega a vertedero (el porcentaje en Valencia y Alicante es mucho menos, según la Conselleria), todavía queda mucho por hacer. Y ahí es donde entra en acción el quinto contenedor.

El uso del bidón marrón es relativamente sencillo y en su interior deben colocarse solo restos de origen vegetal (frutas, frutos secos, verduras, hortalizas y plantas), restos de origen animal (carnes, huevos y sus cáscaras, pescado, quesos...), restos de pan y bollería o los posos del café. Hasta ahí todo es bastante sencillo.

En el interior de las casas es otra cosa y eso que según un informe de Ecoembes los hogares de Castellón cuentan con una media de casi tres cubos de basuras. Otros, los que menos, disponen de cuatro (vidrio, papel, envases y resto). Ahora las familias que participen en el programa piloto necesitarán una nueva bolsa (y no vale cualquiera, si no que tiene que ser compostable) para echar lo que sobra de la comida.

Aunque la mayoría de los municipios que han instalado o lo van a hacer en las próximas semanas el contenedor marrrón lo han hecho de manera experimental, el proceso parece imparable. La Unión Europea asegura que no hay marcha atrás y la Conselleria de Agricultura también está por la labor. El departamento que dirige Elena Cebrián ya ha dicho que el objetivo es implantar la recogida selectiva de materia orgánica en la Comunitat en un plazo máximo de tres años, tal y como manda Bruselas.

EN 75 MUNICIPIOS MÁS

Que el contenedor marrón llega para quedarse es algo que confirman también en la Conselleria. Al menos 75 municipios de la provincia están interesados en implantar el nuevo sistema de recogida selectiva y el director general de Cambio Climático y Calidad Ambiental, Joan Piquer, ya ha explicado que la administración va a realizar en los próximos meses un pedido de 4.000 bidones. Acostúmbrese al color, porque el marrón empieza a tomar las calles de Castellón.