Los ojos que vigilan las carreteras de Castellón tienen una vista muy aguda. La tienen porque cada día sorprenden a 101 automovilistas de la provincia que conducen más rápido de lo permitido. Y todas esas multas permitieron que entre enero y octubre del 2017, la Dirección General de Tráfico (DGT) recaudara 1,2 millones de euros a través de los radares fijos. O lo que es lo mismo: 4.000 euros diarios. 172 cada hora.

La DGT acaba de hacer públicas las estadísticas de infracciones por exceso de velocidad detectadas por los 12 radares fijos y en Castellón contabilizó 30.373 denuncias durante los diez primeros meses del 2017. Todas esas sanciones permitieron unos ingresos de 1,2 millones de euros, por lo que el Estado obtiene a través de estos dispositivos más de un tercio del total de recaudación por sanciones, que asciende en el caso de la provincia a 4,2 millones de euros.

Aunque la cifra puede parecer abultada, la estadística demuestra que el dinero que Tráfico recauda en Castellón con los radares se mantiene más o menos estable a lo largo de los años. Durante todo el 2016, los ingresos ascendieron a 1,8 millones de euros, mientras que en ejercicios anteriores la cifra osciló entre los 700.000 y los 2,3 millones. Eso sí, si se suman las cifras de recaudación desde el 2012, los datos impresionan: nada menos que el importe de las sanciones roza los 10 millones de euros.

Las carreteras de Castellón cuentan con 12 radares fijos, pero no todos multan por igual. De hecho, dos de los cinemómetros situados en la provincia figuran entre los cincuenta que menos se respetan en España. Se trata de los radares ubicados en los puntos kilométricos 390,6 y 365,7 de la autopista AP-7. El primero, situado en el término municipal de Torreblanca, ocupa el puesto número 16 en el ránking nacional y solo durante los diez primeros meses del 2017 denunció a 16.661 conductores. El segundo ha sancionó a 12.323 automovilistas. A nivel nacional, el radar que más multa está en Jaén, con más de 55.000 sanciones.