La llegada de extranjeros y el freno en la emigración ha supuesto, como informó Mediterráneo, un cambio de tendencia demográfica en la provincia de Castellón, donde, tras cinco años de bajada de población, se observa cierto crecimiento. Esto responde, según los expertos, a la reactivación económica y las mayores oportunidades laborales, lo que lleva a algunos inmigrantes que se marcharon a regresar a tierras castellonenses. Este sería el caso de rumanos y marroquís.

Según el avance de la Estadística del Padrón Continuo difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a 1 de enero del 2018, había en la provincia 576.876 ciudadanos, lo que supone 1.406 personas más que en el año 2017. Este ejercicio había 81.331 extranjeros, mientras que en el 2017 fueron 79.636. Es la primera vez, desde el 2013, que la dinámica cambia, porque este número iba siempre a la baja. La mayoría de extranjeros residentes en la provincia procede de Rumanía (38.377) y de Marruecos (15.208). Ambas nacionalidades, así como, por ejemplo, la colombiana, han experimentado ahora una ligera subida.

Valoraciones

El cónsul de Rumanía en Castellón, Dragos Viorel Tigâu, explicó ayer que esto se debe a que hay padres de familia que dejaron aquí a sus hijos y se marcharon a otros países de la UE para trabajar, pero que ahora están volviendo. Destaca el hecho de aquellos que se fueron al Reino Unido, pero que con la amenaza del brexit han decidido regresar. «Veo este dato muy positivo porque la comunidad rumana se integra muy bien esta zona», resaltó.

Por su parte, el presidente del Consejo Islámico Superior de la Comunitat y del Centro Islámico de la Vall, Said Ratbi, remarcó que marroquís y argelinos que se fueron a otras zonas de España deciden volver al tener otra vez trabajo como temporeros, por ejemplo, en la naranja, en la zona de la Plana, y de hortalizas en el norte de la provincia.