La propuesta de la Conselleria de Educación de reducir el horario de la asignatura de Religión al mínimo ha levantado ampollas entre una parte del profesorado y las familias, hasta el punto de que medida ya está en los tribunales.

El Diari Oficial de la Comunitat (DOCV) publicó ayer que el Tribunal Superior de Justicia (TSJCV) emplaza «en nueve días», al «personal laboral docente afectado por la modificación de las instrucciones de plantilla de la asignatura de Religión Católica», datada en julio del 2017. En ella, se rebajan las horas de clase en Primaria, de dos a una semanales, por curso, en la mayoría de centros, siempre según decisión claustral; se agrupan clases de un mismo curso para llegar a la ratio mínima de la asignatura, y el profesorado específico debe, en algunos casos, trabajar en dos o más colegios para completar las 25 horas semanales de su nómina.

La Conselleria hace constar que comparecerá, representada por la Abogació de la Generalitat, en estos dos recursos «en defensa del mantenimiento de acto recurrido», reafirmando su decisión.

La problemática puede multiplicarse a corto plazo por la nueva normativa de currículo de Secundaria y Bachillerato, en la que Religión pierde peso a favor del Inglés Oral.