Castellón ha iniciado la prueba piloto de recogida selectiva de residuos orgánicos de origen doméstico. El Ayuntamiento ha instalado más de medio centenar de contenedores marrones en las tres zonas incluidas en el proyecto experimental para evaluar la respuesta ciudadana a la recogida selectiva en origen de restos de comida cocinada o no, como carne, pescado, cáscaras, fruta, verdura y alimentos caducados, restos de café e infusiones, restos de jardinería y papel con restos orgánicos.

El concejal de Ordenación del Territorio, Rafa Simó, ha recordado que durante los próximos seis meses se evaluará la respuesta ciudadana a este nuevo servicio de recogida selectiva en origen. “Confiamos en que la ciudadanía responda en la prueba piloto y la recogida selectiva de residuos orgánicos se extienda a toda la ciudad”, ha apuntado el edil, quien ha recordado que “ya hay muchas ciudades que tienen implantado este sistema y en Castellón debemos recuperar el tiempo perdido”.

Las tres zonas de los distritos Centro, Norte y Oeste en que se aplicado la prueba piloto ya cuentan con el quinto contenedor de recogida de residuos: el contenedor marrón. El edil Rafa Simó ha reiterado la importancia de incorporar como un hábito más la separación en origen de los residuos orgánicos puesto que suponen entre el 40% y 50% de la basura que acabamos tirando al contenedor común”. Simó ha defendido que “si cogemos el hábito de separar los residuos orgánicos conseguiremos tres cosas muy importantes: mejorar el reciclaje, mejorar la limpieza de nuestra ciudad y crear compost, un adobe muy nutritivo y barato que serviría para alimentar los jardines de la ciudad y los campos de cultivo”.

Este proyecto piloto, que cuenta con un presupuesto que ronda los 100.000 euros financiados por Reciplasa, abarcará medio centenar de calles repartidas en tres distritos diferentes de la ciudad. Así, se pondrá en marcha de forma experimental en el centro histórico, en un área con una población de 3.956 personas; en una zona del distrito Norte, con una población de 1.451 personas y en el distrito Oeste, en una zona del Raval Universitari con una población estimada de 2.244 personas, según ha explicado Simó.

Además, la empresa concesionaria ha repartido 2.200 cubos de manera gratuita a los vecinos y vecinas de los tres distritos para uso domiciliario. Estos cubos domésticos, al igual que los contenedores instalados en la calle, contienen pegatinas informativas en las que se puede consultar qué tipos de desechos pueden tirarse al contenedor y cuáles no.

Así, en el cubo marrón deben depositarse restos de comida cocinada o no (carne, pescado, cáscaras, fruta, verdura y alimentos caducados), restos de café e infusiones, restos de jardinería y papel con restos orgánicos. Lo que no debe tirarse en este contenedor son envases, vidrio, papel, cartón, colillas y restos de cigarrillos, pañales, compresas o excrementos.