Quién no ha soñado alguna vez con recibir una herencia inesperada que le permita tapar algunos agujeros y le solucione la vida? La realidad, sin embargo, no suele ser tan idílica y a menudo heredar una casa en el pueblo, un local comercial, un negocio familiar o una finca de naranjos conlleva toda una serie de costes que asustan a más de uno. Y esa sensación de carga es la que provoca que solo durante el año pasado 414 personas en Castellón renunciaran a sus legados, una cifra que se ha triplicado en los últimos diez años.

Las estadística que maneja el Colegio Notarial de Valencia no deja lugar para las dudas. Hace diez años solo 134 personas en Castellón cumplimentaron los trámites para decir «no» al patrimonio que alguien quiso cederles después de morir. El año pasado, y pese a los signos evidentes de recuperación económica, la cifra se elevó a 414, un nuevo récord histórico y un 6,6% más que un año antes, cuando fueron 391. Y a nivel de la Comunitat Valenciana la tendencia es la misma: las negativas ascendieron a 3.981. En 2007 fueron 851.

Pero, ¿quién renuncia a una herencia en Castellón? ¿Por qué han aumentado tanto las negativas? Las razones de este incremento son varias, pero casi todas llevan apellido económico. La más importante son las deudas del fallecido, aunque en la lista también hay que incluir las dificultades para afrontar los impuestos que conlleva heredar, sobre todo tras el último incremento en la Comunitat Valenciana del tributo de Sucesiones y Donaciones. «La crisis económica es uno de los motivos que explica porqué han aumentado tanto las renuncias a las herencias, aunque lo más habitual es decir que no porque hay más deudas que bienes», dice Jorge Sos, delegado en Castellón del Colegio Notarial de Valencia, que recuerda que también existe la posibilidad de aceptar la herencia a beneficio de inventario. Se trata de una especie de híbrido entre aceptación y renuncia: el sucesor responde de las deudas solo con el patrimonio de la herencia, y nunca con el propio. Es necesario formalizarla ante notario, quien se encarga de hacer la liquidación del pasivo con los bienes de la herencia. Si queda algo, va para los sucesores, y si no se queda en cero.

Renunciar porque no se puede o no se quiere hacer frente a las deudas es uno de los motivos principales, pero también existen familias que rechazan la herencia por un motivo instrumental o interesado. «Se trata de casos en los que la persona fallecida era muy mayor y tiene un hijo ya jubilado, por lo que prefiere que la herencia pase directamente al nieto», describe Sos, que asegura que esta opción es legal.

IMPUESTOS AL ALZA // Otras voces, especialmente desde el ámbito político, aseguran que detrás del alza de las renuncias está el incremento del impuesto de Sucesiones y Donaciones, un tributo que gestionan las comunidades autónomas y que genera una gran disparidad entre lo que tiene que pagar una persona para recibir o donar en Castellón, Madrid, Sevilla o Tarragona. En la Comunitat Valenciana, el Consell aplicó desde el 1 de enero del 2017 una reducción de la bonificación del 75% al 50% para los herederos hijos mayores de 21 años, los cónyuges y los ascendientes siempre que el valor de lo heredado superase los 100.000 euros. Durante el primer año de subida de este impuesto, las renuncias en Castellón han pasado de 391 a 414, mientras que en la Comunitat el incremento ha sido del 10%.

Motivos aparte, lo que sí hay que tener bien claro es que, una vez que se decide rechazar la herencia (o aceptarla), ya no hay vuelta atrás. A diferencia de la aceptación, la renuncia precisa formalizar una escritura pública ante notario. El coste oscila entre los 80 y los 100 euros. H