Dos cooperativas agrarias de la provincia, San Alfonso, de Betxí, y Benihort, de Benicarló, están entre las cuatro que más volumen de facturación tienen de toda la Comunitat. Tan solo Surinver, de Pilar de la Horadada (Alicante), que vendió en el 2016 (últimos datos disponibles) por valor de 69,93 millones de euros; y Sant Bernat, de Carlet (Valencia), que se sitúa tras San Alfonso con 45,15 millones de euros, están por encima de la del Maestrat.

Eso sí, las siguientes tras las dos primeras de la provincia están a mucha distancia, con menos de la mitad del volumen de ventas y superadas por un gran número de entidades de la Comunitat. Y es que el mundo cooperativista vive un profundo proceso de reconversión, en el cual se están quedando por el camino muchas entidades, como ya ha venido informando este diario. Otras siguen haciendo los deberes e incluso se recuperan económicamente, como es el caso de San Alfonso, una cooperativa atípica por otra parte, con la mayor parte de su actividad en manos de un grupo empresarial.

Estas cifras se hicieron públicas en la asamblea general que la Federació de Cooperatives Agroalimentàries de la Comunitat celebró ayer en Valencia. El informe socioeconómico del 2016 resalta que en el territorio autonómico existían al cierre de aquel año 374 cooperativas unidas a la actividad agraria, que agrupaban a 193.948 socios y que daban trabajo a 19.762 personas de forma directa. Además, aquellas 374 cooperativas facturaron 1.314 millones de euros, con ventas por valor de 880 millones en 70 países.

Y todo, a pesar de que los productores «reciben únicamente el 21% del valor añadido» de lo que producen, ya que el 28% se lo lleva la industria «y el 51% restante» la distribución, se lamentó el presidente de la Federació de Cooperatives, Cirilo Arnandis. Una situación que es preciso revertir, porque las cooperativas son «el mejor antídoto» contra la despoblación, ya que permiten «mejores trabajos y rentas para los agricultores», afirmó el president de la Generalitat, Ximo Puig.