El sector inmobiliario castellonense responsabiliza a la banca de contribuir al freno en la venta de viviendas, ya que, aseguran desde la actividad, las entidades financieras dan prioridad y mejores condiciones para créditos hipotecarios a los clientes que compran los pisos propiedad del banco, por la necesidad que tienen de deshacerse de su cartera de inmuebles, muy abultada como consecuencia de la crisis.

De hecho, los datos de junio, de los que ha informado Mediterráneo, revelan que la tendencia en la constitución de hipotecas sobre viviendas no solo no ha crecido, como sí ha ocurrido en la Comunitat Valenciana en su conjunto y en el ámbito nacional, sino que descienden de forma sustancial, tanto en ese mes, como en el acumulado del primer semestre.

Además de otros profesionales consultados, el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Castellón, Francisco Nomdedeu, explica que, desde hace unos tres meses, “los bancos están haciendo publicidad de que conceden créditos, pero, a efectos inmobiliarios, la situación sigue igual y sus pisos tienen preferencia”. Añade que el interés por comprar crece, pero no se materializan operaciones.

Según Nomdedeu, “es una situación que conoce todo el mundo, pero que es muy difícil probar”. El presidente de los API castellonenses considera que “el verdaderamente perjudicado no es nuestro sector, sino el vendedor particular que tiene un comprador potencial, pero al que el banco no le da crédito, porque prima sus inmuebles”.

Castellón es una de las zonas españolas que ha concentrado un alto volumen de casas y solares que han acabado en manos de los bancos. Este es otro factor que explica por qué aquí no crecen todavía las hipotecas sobre viviendas y las ventas en general. H