El sector citrícola español en su conjunto, al estilo de lo que hizo hace unos días el provincial en estas mismas páginas, solicita ahora a la Unión Europea más dureza en las inspecciones a los envíos de naranja de Sudáfrica ante el inicio de la campaña de exportaciones de este país.

La interceptación de alrededor de una treintena de remesas infectadas con la plaga de la mancha negra en la recta final de la campaña pasada obligó a la Comisión Europea a cerrar las fronteras. Dado que la mayoría de estas interceptaciones se produjeron en territorio español, la patronal citrícola sudafricana anunció hace unos días que no enviaría fruta a los puertos españoles, rigurosos en la aplicación de la normativa europea (unas “analíticas y muestreos objetivos”, señalaron ayer en un comunicado los representantes del sector citrícola estatal) y derivaría su exportación hacia los puertos del norte de Europa (Rotterdam siempre ha sido “más laxo” en este sentido, señaló en estas páginas Josep Sanchis, de la Unió de Llauradors).

Ante ello --y enmarcado en las medidas proteccionistas que otros sectores, como el azulejo, también vienen solicitando a la Comisión Europea ante lo que consideran competencia desleal de algunos países--, los agricultores y empresarios citrícolas españoles piden a la Comisión que “no ceda” a las presiones, dado que “no es aceptable que la UE siga considerando fiable la inspección fitosanitaria de Sudáfrica”, ante “su reiterada incapacidad para controlar sus envíos”.

Por ello, el sector citrícola estatal exige a la Comisión que el criterio en las inspecciones “en los puertos de Holanda (Rotterdam es uno) y Reino Unido” sea acorde a los españoles. Asimismo, en la carta que --a través de la Federació de Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat--, han enviado a la Comisión Europea, los empresarios y agricultores le solicitan que incluya un artículo en su directiva “que permita el cierre automático” de las fronteras con Sudáfrica si se supera el límite de cinco interceptaciones con mancha negra. Y es que peligran 600.000 hectáreas de cítricos, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. H