La cifra de turistas que han elegido la provincia para disfrutar este año sus vacaciones estivales será, aún a falta de cifras oficiales, menor que la que se alcanzó en el 2017, un año que, por otra parte, fue de récord. Así lo confirman tanto los representantes de las empresas del sector como Turisme Comunitat Valenciana, que estiman en entre un 2 y un 5% la caída en el número de visitantes. Así, en un contexto de descenso de viajeros internacionales en toda España y de una fuerte competencia entre destinos, el objetivo en Castellón es trabajar para «retener» al principal cliente de la Costa Azahar: el turista español.

Coinciden en el diagnóstico tanto desde Ashotur como desde Club de Producto Introducing Castellón, advirtiendo además del peligro de asumir una actitud complaciente ante el hecho de que el litoral de la provincia siga registrando cifras de ocupación de en torno al 90%. «Debemos reforzar la promoción para captar al turista nacional y familiar, que es nuestro principal nicho de mercado», opina el presidente de la patronal, Carlos Escorihuela. Con ello, se incidiría en una labor que comenzó «hace 15 o 20 años, cuando empezamos a captar a este tipo de cliente».

Javier Gallego, presidente de Club de Producto Introducing Castellón, se manifiesta en un sentido similar: «Hay que retener a los turistas españoles; no podemos quedarnos estancados. Por eso, es necesario invertir en innovación tanto en las playas como en los establecimientos alojativos y en los servicios. El mercado no puede retroceder más».

dificultad // Y es que no hay que olvidar que el turismo nacional significa aproximadamente el 80% del total en la provincia, un porcentaje que es difícil que disminuya a favor del visitante extranjero, al menos a corto plazo. «El mercado internacional es importante trabajarlo, pero en un escenario en el que ha ido a la baja en toda España, es difícil salir al extranjero para decir a los turoperadores que vengan aquí», indica Escorihuela.

Gallego, por su parte, señala que hay que atraer este tipo de turista no necesariamente para la época de verano, sino en otoño y primavera, con un objetivo: desestacionalizar. «Hay que trabajar en este sentido, porque si captamos visitantes en abril y mayo y en octubre y noviembre, el sector se quita la presión de tener que llenar durante todo el verano. Ahora perder dos o tres puntos de ocupación es un drama, y de esta manera no lo sería».

Coincide con esta valoración el presidente de la Asociación de Empresarios de Oropesa del Mar, José María López, quien mira al colectivo de la tercera edad «del centro de Europa» como el más adecuado para llenar en meses previos y posteriores al verano. «Es complicado, pero hay que luchar por ello», manifiesta.

reordenación // Todos los consultados coinciden en señalar a la reordenación de la demanda en el Mediterráneo como un factor clave para explicar el bajón de viajeros que se ha registrado no solo en la provincia, sino en el conjunto del país. Y es que la mejoría de la situación política y social en países como Turquía o Túnez ha provocado que su sector turístico se recupere, y que parte de visitantes que venían a España a raíz de la inestabilidad en estas zonas no hayan vuelto