Las capitulaciones entre cónyuges para estar casados en régimen de separación de bienes se han triplicado en la provincia de Castellón, desde que hace poco más de un año entrara en vigor la sentencia del Tribunal Constitucional que anuló la Ley de Régimen Económico Matrimonial de finales del 2007. Ahora de forma automática los novios contraen matrimonio en gananciales y deben firmar unas capitulaciones ante notario si quieren figurar en separación de bienes.

Las cifras no dejan lugar a dudas. En el primer trimestre de este año se registraron en la provincia 141 capitulaciones, frente a las 42 del mismo periodo del 2016. Un aumento que también constatan los datos de enero a diciembre del pasado ejercicio, cuando se produjeron ante notario 431 capitulaciones de separación de bienes y tan solo 26 de bienes gananciales.

«Está habiendo un enorme aumento en estas capitulaciones», remarcó el tesorero de la junta directiva del Colegio de Notarios de Valencia, el castellonense José Vicente Malo, quien indicó que antes las parejas solo realizaban capitulaciones si regentaban algún negocio para evitar riesgos económicos, pero ahora los jóvenes optan por este régimen de manera generalizada.

CAMBIO DE MENTALIDAD

«Hay un cambio de mentalidad, desde 2007 hasta junio del 2016 hubo separación de bienes --según la normativa autonómico-- y la gente asimiló que era lo normal, por lo que ahora no son solo los empresarios los que quieren este tipo de régimen matrimonial», indicó Malo. Las capitulaciones pueden realizarse con antelación al enlace, hasta un año antes, y también después del mismo.

Se trata de un trámite sencillo, donde no hace falta ningún tipo de documento, solo el DNI, y en caso de realizarse tras la boda el libro de familia. El precio de este trámite ronda los 80 euros.

Cuando se contrae matrimonio en gananciales esto supone que las ganancias o pérdidas atesoradas por el rendimiento del trabajo son comunes, de todos modos, si uno de los dos miembros hereda o recibe donado algún bien solo es del beneficiario.

Además, los notarios tienen la potestad de casar, aunque el expediente matrimonial todavía se tramite en el Registro Civil, así como de gestionar divorcios cuando no haya menores.