Las enfermedades de transmisión sexual regresan a las consultas médicas. En realidad nunca se fueron del todo, pero en los últimos cinco años el número de casos se ha disparado. Lo ha hecho en España y también en Castellón, donde el diagnóstico de este tipo de dolencias prácticamente se ha duplicado. Y no hablamos del sida, la más conocida y grave, sino de otras infecciones bacterianas como la sífilis, la gonococia o la infección por clamidias.

Los médicos de la provincia notificaron durante el año pasado 196 nuevos casos de enfermedades de transmisión sexual, a una media de 16 al mes, unas afecciones que los facultativos médicos están obligados a comunicar a la Conselleria de Sanidad. En el conjunto de la Comunitat Valenciana fueron 1.860 y el factor de riesgo que apuntaron la mayoría de los afectados es que había mantenido «múltiples parejas sexuales» sin protección.

De entre todas las enfermedades sexuales, la gonorrea es la más habitual. En Castellón se contabilizaron en el 2015 un total de 76 nuevos casos, casi el doble que los registrados en el 2010, cuando fueron 47. Y con la sífilis, la tendencia es exactamente la misma: de los 24 casos del 2010 se ha pasado a 61.

Además de estas dos patologías, el departamento que dirige Carmen Montón ha incluido también en la estadística del 2015 la clamidia, una enfermedad que contrajeron 59 personas en Castellón y que, la mayoría de las veces, es asintomática, lo que dificulta la detección de casos y favorece su transmisión.

Detrás del incremento del número de pacientes con enfermedades sexuales (los datos, sin embargo, siguen muy lejos de los registros alcanzados durante la década de los ochenta), hay un incremento de las conductas de riesgo, sobre todo, entre los más jóvenes. De hecho, el informe de la Conselleria apunta a que el 20% de quienes contraen gonorrea tiene menos de 24 años. «El problema en los adolescentes reside en que sus conductas son más despreocupadas que las de los adultos y tienen prácticas sexuales sin recordar que existe riesgo, no ya sólo de embarazos no deseados, sino de contagio de enfermedades que pueden ser fácilmente curables o bien graves e incluso potencialmente peligrosas, como el sida, la sífilis o la hepatitis B», apuntan desde la Academia de Dermatología y Venereología (AEDV).

Los jóvenes se protegen menos porque, entre otras razones, existen pocas campañas de prevención. La última, y también la más mediática, data de 1990, el año del Póntelo, pónselo.