La catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona Gemma Canovés inició su ponencia, la que inauguró ayer el XXI congreso Internacional de Turismo Universidad Empresa en la UJI, con un aviso muy claro: «Si las mujeres se van, los territorios se mueren». Especificó que es preciso que haya trabajo femenino remunerado en los ámbitos rurales como el interior de Castellón, para que «haya familias», se fije la población y, entonces sí, se pueda trabajar en diversas medidas de impulso al turismo en este ámbito.

Canovés, quien tituló su interención como Turismo de Interior en España: personas y territorios resilientes, aseguró que la actividad turística «no es la panacea» para este ámbito, pero sí afirmó que «puede ayudar a mantener la población» aunque, matizó, «no solo con casas rurales», sino con una oferta de calidad clara, con servicios personalizados.

Complementar el interior con la costa y colaborar

Para la catedrática, estimó que «tener un país lleno de turistas tampoco es la solución, porque crea muchos problemas», y abogó por crear productos que se complementen entre la oferta del litoral y la del interior.

Al igual que otros de los especialistas que intervinieron en el foro, Gemma Genovés defendió la necesidad de «colaborar y no competir en un radio de 500 kilómetros a la redonda» y recomendó crear paquetes para un día, con el acento en los rasgos diferenciales y la riqueza patrimonial, porque «queremos que el turista se mueva, consuma y genere riqueza de este modo». Desde el punto de vista de la catedrática, las acciones a poner en práctica para impulsar el turismo de interior pasan por crear identidad con una idea fuerza; identificar los segmentos de público objetivo y elegir; ofrecer siempre calidad, porque por precios «ya compiten otros»; y crear sinergias, un cluster sobre los ejes de la cultura, el patrimonio, el turismo y el territorio.

Además, Gemma Canovés hizo hincapié en la necesidad de crear el producto turístico y «potenciar las sensaciones y las experiencias... sin pasarse».