La nueva reducción en el número de castellonenses que engrosan las listas del desempleo en diciembre no ha modificado, sin embargo, la situación de las mujeres que, con más de 45 años, buscan su primer empleo en la provincia, y que suponen el 68% de ese grupo de edad, es decir, son siete de cada diez del total. La necesidad, que no se había presentado antes, de lograr ingresos para la unidad familiar porque su pareja ya no percibe rentas tras un largo periodo en el desempleo, es una de las razones básicas que empuja a amas de casa que se acercan a la cincuentena a intentar por primera vez hallar un trabajo.

Las cifras que aporta el último informe del Ministerio de Empleo sitúan en 44.548 el número de personas que aún está inscrito en las listas del desempleo en este territorio, a pesar de la caída del 3,21% sobre octubre, y del 11,08% en relación a noviembre del 2015. En el caso de quienes acuden por primera vez al mercado laboral y tienen 45 o más años, el total ha descendido en el último año, en línea con la caída del paro. Sin embargo, la feminización de este colectivo se ha agudizado todavía más.

De hecho, si en noviembre del año pasado las 754 mujeres de esa edad que buscaban su primer empleo suponían el 65% del total de 1.156 castellonenses en la misma situación, en el mismo mes de este ejercicio, la proporción ha subido tres puntos, de manera que las 706 féminas inscritas representan el 68% del colectivo de esa edad, que se compone ahora de 1.037 personas.

Este grupo representa una de las situaciones más complejas dentro del perfil medio en el paro, que ya está en todo caso, totalmente feminizado, una situación que se ha acentuado con los años de grave crisis económica. De hecho, las estadísticas al cierre de noviembre pasado ya sitúan en 25.434 las mujeres desempleadas, frente a 19.114 hombres.

la «peor situación» El responsable de Empleo de Comisiones Obreras (CCOO), Albert Fernández, estima que el colectivo se encuentra en la «peor situación» en la búsqueda de empleo, ya que «suelen ser personas que no tienen formación laboral, ya que no han trabajado antes salvo, tal vez, como empleadas de hogar o en alguna otra actividad no cualificada, dentro de la economía sumergida». Fernández añade que el hecho de ser mujer ya es un inconveniente, tener más de 45 años es otro, y todo ello se suma a la «gran precariedad».

Es también la principal causa que lleva a estas féminas a buscar su primer empleo, y es que sus parejas o bien ya no tienen ningún ingreso o trabajan solo a tiempo parcial y cobran poco.