Las cifras siguen sin cuadrar. Cada año en Castellón unos 10.000 profesionales se dan de baja en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) pero quienes acceden al paro se cuentan con los dedos de la mano. Es cierto que buena parte de los que deciden cerrar su negocio se dan de baja y de alta varias veces al año, pero aun así resulta paradójico que solo 31 trabajadores pudieran acogerse durante los nueve primeros meses del 2015 a la prestación por cese de actividad, o lo que es lo mismo, 4 al mes.

El fracaso de esta prestación, por la que tanto han luchado los colectivos de autónomos, se refleja no solo en el escasísimo número de beneficiarios, sino también en el de solicitudes: 70 presentadas en la provincia de enero a septiembre del 2015. Al comparar el dato de solicitudes con el de concesiones surge la primera señal de que algo sigue sin funcionar en el paro de los autónomos: el porcentaje de solicitudes aprobadas tan solo es del 45%. O dicho de otra manera: más de la mitad de los autónomos que piden acogerse a la prestación por cese de actividad obtienen el rechazo de las mutuas, que son las entidades encargadas de tramitarla.

Pero, ¿por qué se deniegan el grueso de las solicitudes? La mayoría, según la estadística del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, es rechazada porque el trabajador no acredita correctamente el cese de actividad. Pese a que el porcentaje de rechazo sigue siendo elevado es algo inferior al del 2014, que fue del 68%.

Lo llamativo de los datos es que avalan que cobrar el desempleo sigue siendo una utopía para decenas de trabajadores por cuenta ajena de Castellón. Y lo sigue siendo pese a que el 1 de enero del 2015 entró el vigor la reforma de la Ley de Mutuas que suavizó los requistos para acceder al paro. ¿En qué sentido? Hasta entonces era necesario que un autónomo demostrara, al menos, dos años seguidos de pérdidas económicas del 30%. Con la última reforma, basta con que existan pérdidas del 10% durante un año.

EN ESPAÑA TAMPOCO FUNCIONA // Lo que está claro es que todos esos cambios no han servido han incrementar la protección social de los autónomos frente a la pérdida de su negocio. No lo han hecho en Castellón ni tampoco en el conjunto nacional, donde apenas 2.500 profesionales han logrado cobrar la prestación.

Detrás del fracaso hay un motivo de base: en Castellón se estima que solo el 20% de los algo más de 40.000 autónomos cotizan por esta prestación. “Además, los requisitos siguen siendo muy duros y aguantar un año en pérdidas es difícil”, según asociaciones como ATA o UPTA, que denuncian que esta prestación es muy rentable para la Seguridad Social, “ya que por cada 100 euros recaudados en cotizaciones solo se dedican 10 al pago de prestaciones”. H