Tiempo de difuntos. Pero, también, de tradiciones inveteradas cuyo origen se pierde en la noche de la génesis del mundo. Como la de los panellets, huesos de santo y mazapanes, una consagración de la repostería más selecta para honrar en los hogares castellonenses a los que ya no están.

Dulces típicos cuya venta estos días en las panaderías y pastelerías de la provincia “está yendo bastante bien”, señala José Miró, presidente del Gremi de Forners de Castellón. “Pese a la crisis, los castellonenenses siguen siendo fieles a la tradición”, concreta.

Panellets que se suman también a las castañas y los boniatos que, como cuenta la leyenda, se consumían en la noche del 1 al 2 de noviembre durante las vigilias de Todos los Santos.

Una tradición con el futuro asegurado. Así son muchos los colegios de la provincia donde ayer la actividad principal fue la elaboración por parte de los escolares de los panellets. Es el caso del colegio Puértolas Pardo, en l’Alcora, donde los escolares confeccionaros sus propios dulces, según informa Javier Nomdedéu.

También en Vilafranca, donde los alumnos del colegio disfrutaron confeccionando el elemento más característico en la repostería de estos días, informa Miguel Agost. Por otra parte, el Ayuntamiento de Benicarló repartió a los centros escolares castañas para sus castanyadas. H