Los cinco nuevos convoyes del TRAM que prestarán servicio en la línea 1 cuando se active a mediados de diciembre recorrerán los 15,5 kilómetros de trazado rectilíneo entre la UJI y el Grao sin realizar transbordos. La Conselleria de Infraestructuras despejó ayer una de las últimas incógnitas que arrastraba la inminente puesta en marcha de la línea.

Las dudas se debían a la obligatoriedad de que todos los vehículos bordeen el parque Ribalta por su lado norte hasta que entre en vigor el nuevo plan especial que legalizará el paso por andén central, ahora ya adoquinado.

El Consell culminará este domingo los trabajos de instalación de las catenarias en el cruce del paseo de Morella con la avenida Barcelona, el tramo de la línea 1 con más tráfico de viajeros por el flujo de estudiantes que se desplazan entre el campus y la estación de Renfe. Justo en el cruce del paseo de Morella con el parque Ribalta concluyen las catenarias, lo que daba pie a que el Consell se hubiera planteado dividir en dos partes el largo trazado hasta en Grao. Eso no sucederá, según remarcaron desde el Consell. “La instalación de catenarias lo determinan los técnicos en función de las pruebas porque los vehículos se percharán aprovechando las paradas”, explicaron las citadas fuentes.

No habrá trasbordos pero sí tres autobuses lanzadera en el Grao que recorrerán longitudinalmente el frente litoral norte hasta la playa del Serradal para captar viajeros entre los residentes.

La empresa concesionaria inició el pasado martes las pruebas técnicas de los nuevos vehículos en la vía pública para testar el correcto funcionamiento y revisar las catenarias y otras infraestructuras.

Como ya informó Mediterráneo, el Consell y el Ayuntamiento tramitan el nuevo plan especial de protección de Ribalta-Tetuán que avalará el paso del TRAM por el interior del parque, que incluye una decena de medidas correctoras para aminorar el impacto del bus guiado. Al respecto la portavoz municipal de EU, Carmen Carreras, insistió ayer en su rechazo a vincular la ejecución de esa obra al cubrimiento de la plaza de toros para transformarlo en un coso multiusos y al derribo y reconstrucción de la Pérgola. “Para sustituirla ya se construyó el Palau de la Festa, un edificio que está actualmente vacío y desocupado pese a haber costado una millonada”. H