El turismo continúa acumulando buenas noticias en forma de balance anual. Así, al récord de turistas extranjeros llegados a la provincia en 2017 --614.958 visitantes de terceros países optaron por Castellón el año pasado--, se suman ahora los buenos datos referentes a los alojamientos rurales y los cámpings, que cerraron el año pasado con importantes incrementos.

El mayor crecimiento se produjo en las casas rurales, por las que optaron un total de 56.775 viajeros en 2017, lo que representa un crecimiento del 19,8%. Este tipo de alojamiento también crece un 16,3% en el conjunto de la Comunitat, y de los datos autonómicos destaca el aumento del 78% en el número de visitantes foráneos.

La asignatura pendiente del turismo rural es el número de pernoctaciones, pues de media quienes apostaron por alojamientos de interior se quedaron 2,41 días, una cifra muy inferior a la de otro tipo de establecimientos.

En este sentido, el presidente de la Asociación de Turismo Rural de Castellón, Joaquín Deusdad, reconoció la dificultad que tienen las casas de interior no ya para aumentar estas cifras, sino para mantenerlas. «Excepto en temporada alta, es todo un logro lograr reservas de viernes y sábado», aseguró. En cambio, afirmó que 2017 fue un buen año porque se consolidó la tendencia a que grupos de amigos se decidan por comarcas como els Ports l’Alt Maestrat o el Alto Palancia.

El secretario autonómico de la Agència Valenciana de Turisme, Francesc Colomer, destacó que estos resultados ponen de manifiesto «la apuesta por la creación de producto fuera de la temporada estival y el objetivo de ofrecerles alternativas de ocio todo el año».

CÁMPINGS // El 2017 también fue un buen año para los cámpings de la provincia, pues 260.403 visitantes optaron por esta modalidad vacacional. Esto supone un aumento del 6,5% respecto al anterior ejercicio. En el caso de los cámpings, el número medio de pernoctaciones se situó en las 7,78 noches, muy por encima de los alojamientos rurales.