Mientras miles de ucranianos viven en escenarios de constantes enfrentamientos y violencia, en Castellón hay familias que ofrecen a los niños la oportunidad de disfrutar de la vida cotidiana de la que allí se les priva. Las familias castellonenses brindan sus hogares durante los meses de verano a los niños ucranianos de la zona de Chernóbil. Les acogen en sus casas y les permiten formar parte de sus vidas.

Aniuk-cas es la asociación que acoge este año a 30 niños ucranianos que están conviviendo con familias de diferentes municipios de Castellón. “Traemos a los niños para salvarlos de la situación que tienen en casa”, indica Piedad Fuentes. Ella, junto a su marido Saturnino, son una de las familias que forman parte del programa Vacaciones en salud de esta asociación. Acogen bajo su techo a Nikola, un niño de 6 años. “Llegó con 18 kilos, muy débil físicamente, pero con mucha alegría e ímpetu”, afirma Piedad.

Y es que la situación de la mayoría de las familias ucranianas es todo menos fácil. Nikola, por ejemplo, apenas sabe jugar y en los días que lleva en Castellón solo quiere trabajar y ayudar. “Aquí parece que está feliz y le estamos montando actividades para que se lo pase bien”, apunta su familia de adopción.

CONDICIONES EXTREMAS // Estas condiciones tan precarias se extrapolan incluso a los hogares de las familias de Chernóbil. Es el caso de Vlada, una niña de 7 años asidua a venir a Castellón en estos meses. En su ciudad natal tiene el lavabo situado fuera de casa, afirman Inmaculada y Alfonso, su familia de acogida castellonense. Además, uno de los problemas más graves es el estado en el que están sus dientes y más en esta edad en la que se cambia completamente la dentadura.

Las familias de acogida no reciben ningún tipo de ayuda económica, sin embargo en el caso de Vlada, una clínica dental se ha ofrecido a pagar la mitad de las operaciones.

Ante estas situaciones, los más pequeños valoran las cosas más efímeras que les rodean. Vlada, por ejemplo, disfrutó uno de los mejores momentos en un lugar tan normal para Castellón como es la playa. “Señalaba el mar porque no tenía fin”, explican. Durante estos meses pueden disfrutar los niños ucranianos con actividades cotidianas que les llenan de ilusión. H