El acuerdo que debe permitir la firma de un convenio para el sector del azulejo está «más cerca», pero todavía no es una realidad. Así, si en los próximos días no hay una solución, los más de 16.000 trabajadores que en la provincia dependen del mismo volverán de las vacaciones de agosto con la incertidumbre de no saber como terminarán unas negociaciones que ya duran siete meses.

Si ayer no hubo un principio de acuerdo no fue porque no se intentó. Ascer y los sindicatos UGT y CCOO se sentaron en la mesa de negociación poco después de las 11.00 horas y no se levantaron hasta las 19.00 horas. En el maratoniano encuentro se acercaron posturas, pero ante el «importante desgaste» que acumularon ambas partes, con «ofertas y contraofertas décima a décima», se optó por levantar acta y finalizar el encuentro. Tras ello, la patronal aseguró que su última oferta seguirá en pie hasta el 1 de agosto, dando unos días de margen para un cuerdo que hace escasamente diez días se antojaba imposible.

AUMENTO SALARIAL

La propuesta de los empresarios pasa por un incremento de los sueldos del 2,5% este año, subida que se moderaría hasta el 2,2% en los dos siguientes ejercicios. Estas subidas se aplicarían sobre los conceptos de tablas salariales y no serían compensables ni absorbibles.

Las posturas respecto a esta cuestión se acercaron ayer, pues los sindicatos también llegaron a ofrecer subidas del 2,5% para este año y el siguiente y del 2,1% para el 2020. Pero, como dice el refrán, el diablo está en los detalles, y es ahí donde las líneas rojas de unos y otros impidieron cerrar la «agotadora jornada» --expresión que usaron varios de los presentes-- con un principio de acuerdo. Así, UGT y CCOO quieren asegurarse que los trabajadores ganarán poder adquisitivo con el acuerdo y exigen incluir una cláusula de garantía salarial. Según explicó el representante ugetista, Vicente Chiva, «si como ocurre este año y el IPC se desboca (está en el 2,3%), estos porcentajes son papel mojado, por lo cual queremos incluir este elemento en el pacto».

En cambio, la patronal no aceptó rebajar la jornada laboral ocho horas durante el tercer año de vigencia del convenio, como piden los sindicatos para «dar un respiro a unas plantillas» que, entienden, «tras los ajustes de la crisis económica han dado lo mejor de sí para aumentar la producción cuando ha sido necesario».

Ascer, en un comunicado, aseguró que una negativa de los representantes de los trabajadores a su propuesta de acuerdo sería «incomprensible», máxime si, como afirman, el rechazo se debe «básicamente» a su negativa a reducir las horas de trabajo. Además, la proposición en cuanto a subidas salariales va muy en la línea de lo pactado a nivel nacional entre la patronal CEOE y las dos grandes centrales sindicales, que proponen incrementos del 2%.

ASAMBLEAS DE DELEGADOS

Tanto CCOO como UGT se comprometieron a convocar asambleas de delegados para trasladarles la oferta de Ascer. Los primeros lo harán este mismo viernes y, según su portavoz en la negociación, Jordi Riera, la disyuntiva ante los próximos acontecimientos es clara: «o instar a los empresarios a buscar una nueva aproximación entre las partes o ruptura de las negociaciones y planteamiento de nuevas acciones de presión». UGT, reunirá la semana próxima a sus representantes.

Ante una aproximación de las posiciones significativa pero todavía insuficiente, y debido a la posibilidad de que estos días haya nuevas opciones de acuerdo, ambas partes pactaron dejar abierta la fecha de una próxima convocatoria antes del 1 de agosto, un mes considerado inhábil.