Los universitarios bajan la guardia en el uso del condón frente al sida

El decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UJI, Rafael Ballester, explica que la tendencia apunta a una relajación en los últimos años en el uso del preservativo. Algo que obedece a que en materia de políticas sanitarias las instituciones han rebajado el esfuerzo en mantener vivo el problema del sida. Otra posible causa es que las informaciones sobre los avances científicos en torno al VIH han dado a la ciudadanía una falsa percepción de que es una infección menos grave cuando sigue siendo incurable y muy dura de sobrellevar.

Y ello, advierte, a pesar de que hay prácticas sexuales que van a más entre los heterosexuales. Como el sexo anal, que es, además, la de mayor riesgo, pero solo tres de cada diez (36,7% de hombres y 32,8% de mujeres) lo usan en esta práctica. Si hiciéramos una foto fija en estos últimos 15 años, el porcentaje de menor uso del preservativo se da en el sexo oral, donde solo el 6,8% de los hombres y el 7,6% de las mujeres lo utilizan. Ballester apela a mantener las políticas de educación sexual, más allá de campañas puntuales y pide “una educación afectivo sexual, con un punto de partida más amplio que trabaje percepción del riesgo, actitudes y destierre la imagen estereotipada de que el sida es un problema exclusivo de algunos colectivos”.

Ballester también demanda una mayor accesibilidad a los preservativos, por ejemplo, promoviendo una bajada del precio.

En ese sentido, la Conselleria de Sanidad ha adquirido 700.000 condones que se distribuirán a través de centros de salud pública y centros de salud sexual y reproductiva en actos y actividades en las que participen jóvenes. Mientras, Patim denuncia un recorte del 90% en la inversión del Gobierno en políticas de VIH. H