Uno de cada cuatro educadores infantiles, el 26%, secundó ayer la huelga convocada por la Plataforma de Educadoras de Educación Especial e Infantil junto con los sindicatos STAS, CSIF y CGT, para protestar por la alta tasa de interinidad, que «es crónica y supera el 80%», y pedir más concreción de sus funciones en el aula, donde educadores infantiles hacen de monitores de comedor y de extraescolares, y mejora en las condiciones de trabajo, no negociadas con los sindicatos tras su entrada en vigor este curso.

En números totales supone que unos 28 de los 106 educadores infantiles que trabajan en las aulas de 2 años de Infantil y en los centros de Educación Especial de Castellón apoyaron el paro, «ante una situación que se agrava en los centros con jornada continua». «Utilizan aún más a los educadores infantiles para tareas que no son suyas», explica Ricardo Domínguez, portavoz de la plataforma, que incide en que «a todo esto se suma la precariedad del empleo, con numerosas horas extras que muchos pierden cuando cambian de puesto, y la situación, que ya es continua».

EN EL LIMBO

Domínguez señala, además, que «la adscripción de las educadoras a la Conselleria de Administración Pública, pese a trabajar en centros educativos, ha sido aprovechada por esta administración y Educación» para dejarles «en un limbo». «Nos gustaría poder compatibilizar nuestros horarios con los de los profesores, pues es con ellos con los que trabajamos, y poder participar de las iniciativas que se van desarrollando en los centros, donde nos gustaría participar en las actividades y decisiones que afectan a los alumnos que tratamos, sobre todo, en Educación Especial».