El nuevo puente sobre el río Seco de Castellón es la respuesta a una de las demandas históricas de los vecinos de los barrios de Raval Universitari y Crèmor, que ven en la conexión una mejora en su movilidad y en la integración en la ciudad. Desde ambas asociaciones de vecinos coinciden en la necesidad de contar con la infraestructura --anunciada para el 2019-- y en que esta debe primar al peatón, pero sus posturas tienen matices. Tras el anuncio de la obra, en el que se dibuja un puente con carril ciclista, paso peatonal y dos carriles de circulación, desde la asociación de vecinos Raval Universitari insisten en su proyecto para que sea una pasarela ciclopeatonal. «Es un error hacer pasar coches y con el tiempo se verá», aseguran. «La única función de ese puente es acoger más y más tráfico y su principal consecuencia no será otra que el empobrecimiento de la calidad de vida del Raval», auguran. «Esperamos que, pese a no ser la pasarela ciclopeatonal que pedíamos, se prime al peatón», confía la presidenta del colectivo, Lidón de Juan, reconociendo que la conexión «ampliará los servicios del barrio, mejorando el acceso a los que hay en la avenida Alcora».

Desde Crèmor, Emilio Meneses, presidente de la asociación de vecinos, ve con más optimismo el paso de tráfico rodado. «Nosotros planteamos que pasaran coches. Eso está bien. Ahora esperamos que este puente no se convierta en una vía rápida de acceso directo a la UJI, porque ese volumen de tráfico no sería bueno». Respecto a la circulación, el edil de Ordenación del Territorio, Rafa Simó, dijo que la obra llevará aparejada una reordenación del tráfico para favorecer la prioridad del paso de residentes.

PLAZOS

En cuanto a los plazos de ejecución, hay dudas entre los vecinos. «Lo podrían haber hecho antes, porque hay fondos europeos», manifiesta Meneses. Desde el Raval también esperan que esta obra no se convierta en una promesa preelectoral.