La actividad inmobiliaria sigue dando señales de recuperación. Durante el 2017 se vendieron en Castellón un total de 8.199 viviendas. Es un 20% más que el año anterior, cuando se comercializaron 6.831 pisos, y el mayor número de ventas realizadas desde el 2009.

La cifra del pasado ejercicio es buena, pero aún queda a años luz de los cerca de 20.000 inmuebles que cambiaban de manos en plena fiebre del ladrillo, entre el 2004 y el 2007. Los números demuestran que el sector se va alejando de la gran crisis del 2013, cuando el mercado provincial tocó suelo con poco más de 5.300 transacciones realizadas.

La estadística que acaba de publicar el Ministerio de Fomento confirma cómo las aguas del ladrillo vuelven poco a poco a su cauce. El 2017, en Castellón, fue el cuarto consecutivo de recuperación, y además lo fue con la mayor tasa de crecimiento registrada desde antes de la crisis.

«La curva es clara. La compra de viviendas sube cada año y lo hace, entre otras cosas, gracias al auge de las segundas residencias», resume Mar Olmedo, gerente de Gestión Inmobiliara Mar Olmedo, en el Grao, y socia de Maseka, en el centro de la capital, quien destaca además que buena parte de los compradores de vivienda vacacional en la costa provincial proceden de Madrid, Cataluña y Francia. Un dato basta para entenderlo: de las 2.568 casas vendidas en el último trimestre del año pasado en la provincia, 496 fueron adquiridas por madrileños y otras 130 por catalanes.

Piso usado

De las 8.199 viviendas que en la provincia cambiaron de manos durante el 2017, un total de 7.069 fueron de segunda mano. O lo que es lo mismo, el 86% del total. «El problema es que el parón de la construcción dura ya nueve años y, pese a que la compraventa sí se ha reactivado, la construcción de pisos nuevos apenas se mueve. Obra nueva hay poquísima y el estoc se va agotando», resume Olmedo, quien defiende la necesidad de que se empiecen a construir pisos nuevos. «Demanda hay, pero la realidad es que las empresas constructoras de la provincia continúan teniendo dificultad para edificar», insiste.

El 2017 resultó un buen año para el sector inmobiliario y todo parece indicar que este 2018 la historia se repetirá. «Los datos que manejamos hablan de otros tres o cuatro años ascendentes», añade la propia Mar Olmedo.