El sector agrícola de Peñíscola, y los amantes de los animales, tienen una cita en diferentes escenarios de la localidad, con motivo de las conmemoraciones dedicadas a Sant Antoni. Unos actos que marcan el pulso festivo de los primeros compases del año, y que arrancaron el fin de semana pasado, con el recorrido del árbol por las principales, de la mano de los mayorales y caballistas.

Otro de los momentos destacados fue el miércoles, con la celebración de la Misa del Mayoral, precedida por el recorrido con la peana del santo por el casco antiguo, hasta llegar al templo de la Virgen de la Ermitana. En el transcurso de esta celebración religiosa se procedió a la imposición del distintivo de Majoral de l’Any a Jaime Roca, mientras que Antonio Mundo fue recordado como la persona que obtuvo esta distinción hace 25 años. Los dos homenajeados posaron junto al resto del colectivo que prepara estas actividades, y que cuenta con José Beltrán como presidente.

El grueso de la programación se sucederá a partir de mañana, con la concentración de carros y caballerizas en la plaza de San Isidro, que culminará con la quema de la hoguera montada en la plaza Constitución, y que será prendida por el cargo destacado de este año, con la compañía de las autoridades locales, más la reina y las damas de las fiestas. Acto seguido se procederá a la torrà, en la que los asistentes podrán asar carne por el precio simbólico de un euro, que irá destinado a la Cruz Roja del municipio.

TRADICIONES

La concejala del área, Raquel París, señala que estas fechas “están estrechamente ligadas a nuestras raíces”, por lo que defendió la necesidad de preservar estas iniciativas. Por su parte, el alcalde, Andrés Martínez incide “en el papel que desarrollan quienes hacen posible la fiesta, que es todo un éxito de participación y que cuenta con propuestas para los más pequeños, como los concursos de dibujo y loas”.

La recta final llegará el domingo, con la misa en la parroquia de Santa María, donde se hará la ofrenda de productos del campo. Al finalizar, en el exterior se procederá a la bendición de caballos y mascotas, con el tradicional reparto del rotllet y los panes para los animales. El típico sorteo es el que cerrará estas intensas jornadas, ligadas a las costumbres de generaciones pasadas.