El administrador de Vallivana, Jesús Sangüesa, es el encargado de preparar a la Virgen para todos los actos del Sexenni, una tarea que supone «trabajo, maldecaps y emoción», apunta el responsable, «ya que no se puede dejar nada a la improvisación y puede surgir algún imprevisto».

Labores como la conservación y colocación de la vestimenta son detalles clave, que, como señala Sangüesa, «realizan personas encargadas de estas labores específicas», ya que la imagen de la Mare de Déu se cuida con esmero.

El administrador comparte «emoción y nervios» con los vecinos, a los que se suma «mucha responsabilidad, ya que hay pequeños detalles que no se ven, pero son tan importantes como los más conocidos».

Este año se ha llevado a cabo el cambio de itinerario de la rogativa para evitar la Nacional 232, una acción en la que «hemos trabajado desde la administración de Vallivana, porque era un peligro. El nuevo camino, que está muy bien señalizado, será muy útil», destaca Sangüesa.

En cualquier caso, esta medida valdrá para mejorar y hacer más accesible uno de los momentos cumbre del Sexenni, la entrada de la Virgen en Morella, un instante especialmente importante para el administrador, que manifiesta que este «es un momento muy emotivo, no tanto por mi, que también, sino sobre todo por todas las personas que están esperando. Puedes contemplar en sus rostros el vivo reflejo de la alegría, la gratitud y el fervor que nos invade». En este sentido, el responsable de la Virgen recuerda especialmente que «el año pasado tuve la responsabilidad de dejar a la Virgen en su peana por primera vez. Fue un momento de nervios, paz y alegría».