La industria cerámica de Castellón lo ha vuelto a hacer. El sector cerámico ha cerrado el ejercicio 2016 con un más que notable éxito de ventas, como constatan las cifras generales de los fabricantes de baldosas facilitadas ayer por la patronal Ascer. Más de 3.300 millones de euros facturados y un nuevo crecimiento dentro de la fase de crisis económica y recuperación. Y ya van unos cuantos.

El sector sabe lo que tiene que hacer. Y lo ha vuelto a demostrar. Todos los años se enfrenta a mil y un retos, y todos los años supera con nota las adversidades. Por eso los vaticinios e incertidumbres que plantea el presidente de la patronal Isidro Zarzoso pueden sonar casi a una excusa para no caer en la autocomplacencia.

Pero los nubarrones estand. La economía se recupera a nivel mundial, pero no termina de despegar, y las tensiones en algunos de los principales mercados, lejos de apaciguarse, se acrecientan. Reino Unido, Estados Unidos, Rusia, Marruecos, China, Arabia Saudita... ¿Sigo?

Ante este panorama, se hace más necesario que nunca que los poderes públicos se alíen con el sector. Los empresarios no piden ayudas. Nada más lejos de la realidad. Solo que se establezcan los medios políticos y el marco jurídico adecuado para que su actividad pueda continuar de la manera más competitiva. Si ahora la industria navega sola, y bien, qué no haría con las condiciones adecuadas?