El principal monumento de Peñíscola, el castillo, constituye también uno de los hitos arquitectónicos de la Orden del Temple. Construido en 1307, fue una de las últimas construcciones realizadas por el colectivo, que dejó su legado en otros puntos.

Por tercer año consecutivo, los muros de la fortaleza peñiscolana han acogido una celebración que reunió a colectivos venidos desde Castellón, l’Alcora, la Vall d’Uixó, Cartagena y la localidad manchega de Almansa. En total, se congregaron unas 150 personas. La Asociación de Caballeros Templarios de Castellón y la Diputación provincial --institución propietaria del castillo-- fueron los organizadores de este encuentro, al que asistió el máximo representante de los Templers de Castelló, Juan José Miralles.

El primer acto de este evento fue una concentración en la plaza de Santa María, donde fueron llegando los participantes desde sus localidades de procedencia.

A continuación comenzó el recorrido de las formaciones por las calles del casco histórico, hasta llegar a la fortaleza. Tras concentrarse en su patio de armas, los integrantes de la tercera edición de este evento entraron en el salón gótico del recinto para asistir a la representación de un juramento templario. El pregón corrió a cargo de Rafael Lloret.

Iniciativas como esta sirven para dar a conocer la importancia que la Orden del Temple tuvo en la Edad Media y poner en valor los monumentos y vestigios históricos que permanecen en nuestras localidades. En el caso de Peñíscola, la ciudadela forma parte de la Ruta del Temple, un consorcio integrado por los municipios de Monzón, Lleida, Tortosa y Miravet, con el fin de establecer un itinerario para los amantes del turismo cultural.

NUMEROSO PÚBLICO // El desfile de los templarios logró atraer a un numeroso público, que llenó los viales por los que pasó la comitiva. Sobre todo los más pequeños disfrutaron viendo las espectaculares indumentarias de estas agrupaciones, que vivieron una jornada de hermandad. H