Solidaridad. Esta palabra define el destino de los 5.500 kilogramos de sardina inmadura confiscados en el puerto de Burriana. El protagonista de esta historia es el párroco de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen del puerto, Antonio Losas, quien dirigió las labores de reparto del pescado aprehendido la semana pasada. El sacerdote, que forma parte del Banco de Alimentos de Castellón, solo necesitó un móvil para movilizar, en unas horas, a una quincena de colectivos sociales, como Cáritas Interparroquial, el asilo de Ancianos Desemparados de Castellón, el convento de clarisas de la Vall d’Uixó o la entidad Sant Vicent de Paul de Vila-real.

La opción de almacenarlas en el Banco de Alimentos de la capital fue rápidamente desechada, ya que se encontraba cerrado por vacaciones. Por esta razón se confió en la labor de Losas. “No es comprensible que un alimento se lance al mar cuando hay tantas familias sin recursos”, explicó Losas. Esta reparto solidario ha permitido ayudar a “miles de personas” de la provincia. Por ejemplo, solo en Vila-real, “ya se han beneficiado más de 200 familias”, matizó el cura. La racionalización, en todo momento, “se ha hecho de forma equitativa, dando más kilogramos a aquellos que tienen a más personas a su atención”.

Una de las entidades participantes fue el convento de las Dominicas de Burriana, que “aún está repartiendo cantidades”.

De las 690 cajas de pescado interceptadas, apenas quedaron poco más de un centenar sin repartir. Desde la Cofradía de Pescadores de Burriana han defendido su actuación y rechazan cualquier práctica abusiva con el medio ambiente. Así, afirman que “parte de las existencias cumplían el reglamento, las cuales estaban mezcladas con las otras”. La normativa vigente, que pretende preservar la fauna marítima, no permite capturar ejemplares --en el caso de la sardina--, de menos de 11 centímetros. Los marineros declararon a este periódico que los peces embargados “oscilaban entre los 10,5 y los 10,7 cm”. Asimismo, el párroco del Carmen del puerto también se ha sumado a la defensa de este gremio, “que cada año dona centenares de kilos para los colectivos que son más desfavorecidos”. H