La tragedia salió ayer por la puerta de toriles de Almassora como un día antes lo había hecho por la de Las Ventas. No habían pasado ni cinco minutos de la primera salida cuando llegó la cogida de un joven aficionado de Castellón, que recibió tres cornadas (dos en el glúteo y una el abdomen, más un varetazo en el cuello) tras caer en la calle de la Llum. El herido fue intervenido en la enfermería de San Isidro por Gustavo Traver durante más de horas y, después, fue trasladado al Hospital General, donde fue operado.

No fue el único que se vio inmerso en esa circunstancia después de que el toro de El Torreón, que paró El Bicho, accediera a este vial; pero sí el único al que Bonoloto, de las peñas El Racó, T’Empujen, El Duro, La Tregua y La Tabarra, eligió como presa en un tramo difícil para que el resto de rodadores le echaran un capote. Los aficionados respondieron, a pesar de que la cita empezó una hora antes de lo habitual.

César Palacios ejerció de anfitrión con Gallego, un ejemplar terciado de Lagunajanda financiado por su grupo, San Fermín, junto a Maracay. Resultó noble, destacando la serie de Patricio con la chaqueta en la plaza Mayor. Borja Gimeno también hizo la misma función con el astado de Joaquín Núñez del Cuvillo, hierro por el que apostó El Trasto. Lo aguantó Borja a la rodada en la plaza Mayor antes de que se fuera. A su vuelta, entró con buen son a las suertes que le ejecutaron. H