El Ayuntamiento de Almassora ha destinado 4.700 euros a la construcción de un muro de separación entre la calle San Esteban y un barranco, en la delimitación con Castellón, para evitar las caídas de niños al cauce del río. El departamento de Servicios Públicos ha incorporado al proyecto un espacio inferior ajardinado que funciona como embellecedor, en un vial que, hasta la fecha, carecía de elementos protectores en su despeñadero.

Los vecinos de la zona, apuntan fuentes municipales, han agradecido esta intervención que pone fin a años de reivindicaciones para adecentar los lindes de los barrios Fátima y Corell con el término municipal de la capital de la Plana. Su petición continuada respondía a los numerosos accidentes ocurridos en este espacio a falta de barreras que impidieran la caída desde varios metros de altura hasta el cauce del río.

El edil de Servicios Públicos, Joan Antoni Trenco, visitó el punto para conocer el avance y resultado de unos trabajos «muy valorados por los vecinos y demandados desde hace años». Por otro lado, indicó que «además de mejorar la estética del entorno con un espacio con jardín, ponemos fin a las caídas al cauce con una inversión pequeña, que supone un aumento considerable en la calidad de vida en la zona».

PELIGROSIDAD

Tal como explicaron en su día las familias, la cercanía del barranco y de los juegos en la parte inferior son un atractivo para los niños, que no tienen en cuenta la peligrosidad de descender por vías no habilitadas hasta el río. Esta pared será una respuesta disuasoria para evitar el acceso indiscriminado.

La actuación se suma a los 21.000 euros invertidos en los juegos de la plaza que lleva el nombre del distrito como alternativa para los más pequeños. La atracción infantil sigue la línea de la instalada en el entorno de la iglesia de San José y a las de la plaza Pere Cornell (19.200 euros) y Santa Isabel, un proyecto que se elevó hasta los 56.700 euros para, entre otros, eliminar el escalón que bloqueaba la accesibilidad.