El Carnaval de Vinaròs, que se celebró del 27 de enero al 12 de febrero, se saldó con una bajada significativa del número de servicios realizados por la Policía Local respecto a la edición anterior, al sumar 227, frente a los 276 del 2017. Aún así, hay un dato que desde el Ayuntamiento se considera preocupante, ya que fueron 57 los menores atendidos por intoxicaciones etílicas de un total de 107 asistencias por esta causa a lo largo de estas jornadas.

El alcalde, Enric Pla, compareció ayer junto al concejal de Fiestas, Marc Albella, para ofrecer una valoración de las incidencias ocurridas, que calificaron de «globalmente muy similares al ejercicio anterior». Los avisos por molestias vecinales ascendieron a 14, frente a los 12 de previos; hubo 12 servicios sanitarios, principalmente por llamadas al 112; siete denuncias por alteraciones al orden público; tres por agresiones; cuatro diligencias policiales por dar positivo y tres positivos en el control de drogas, entre otras cifras importantes.

Pla dijo que las asistencias sanitarias «preocupan porque se mantienen en un nivel constante». En este sentido, explicó que en esta edición hubo 193 servicios de este tipo, la mayoría, por intoxicaciones etílicas. Pla puso el acento en que más de la mitad de estas últimas fueron de menores. «Creo que es un tema para reflexionar entre todos, tenemos que luchar para llegar al cero o la cifra más baja posible en este aspecto», señaló ante los medios.

«Ha sido un carnaval sin incidencias importantes en gran parte por el amplio dispositivo de seguridad y sanitario desplegado, que ha funcionado de forma eficaz», indicó el alcalde.

El concejal Albella recordó novedades como los desfiles abiertos. Indicó que, pese a que hay aspectos a pulir, «cara al exterior se ven con más buenos ojos».