Toño, Luis, Teresa, Maite, Ángel, Laura y Berta son usuarios del centro ocupacional IVAS-El Maestrat de Benicarló y, junto a sus cuidadoras, Tania y Trini; y su psicóloga, Lourdes, integran un grupo con el que se ha llevado a cabo una terapia innovadora con animales que ha dado unos resultados excelentes. Kala es una perrita muy afectuosa que ha conseguido sacar lo mejor de ellos.

“Nos propusieron un convenio de colaboración entre el IVAS y la Fundación Fudtherapy para trabajar con personas que tienen cierto nivel de dependencia”, explica Juan Manuel Torres, director del centro. “Nos pareció muy interesante, pues si bien es conocida la terapia con razas como los labradores y golden retriever, el hecho de que sean pastores alemanes, que siempre se relacionan con temas de seguridad, o de búsqueda de drogas, resulta innovador”, apunta, a la vez que asegura que la valoración es muy positiva. “Hemos constatado una clara evolución en los alumnos. Algunos, al principio, tenían recelo y no se acercaban al can. Ahora, lo acarician y se comunican con él; se ha creado un vínculo afectivo muy importante por el cual expresan sus sentimientos”, señala.

Luis tiene un carácter retraído, pero cuando está con Kala se activa y juega con ella. Para los seis muchachos, la presencia del can es motivo de alegría y lo transmiten abrazando a la perrita y a sus cuidadoras. Laura es feliz cuando Kala, a dos patas, se pone sobre ella e incluso se la quiere llevar “a dar una vuelta por las Fallas” y dice a sus cuidadoras: “Contadle a mi mamá lo bien que hago los ejercicios”.

Se ha podido constatar que aquellos usuarios que normalmente rechazan cualquier tipo de terapia o de intervención, con Kala se involucran y se esfuerzan, “es la base de que funcione tan bien la terapia canina”, señala Mónica Rodríguez, que junto a Nuria Sorribes es la coordinadora de la terapia. “Nos decantamos por el pastor alemán porque es un perro muy versátil que se adapta a muchos entornos y personas”, resalta. H