El Ayuntamiento de Benicarló estudia la posibilidad de mostrar la historia del municipio a través de sus documentos. Durante las últimas semanas, el archivero ha trabajado en la catalogación de cientos de escritos que se han localizado en diferentes edificios municipales, “la casa consistorial cambió varias veces de ubicación, de ahí que la información estuviera dispersa y se decidiera centralizarla toda en el archivo municipal”. Actualmente, estas dependencias están ubicadas en el edificio administrativo de la calle Doctor Pera, que comparten también los departamentos de Urbanismo y Medio Ambiente.

“Todavía resta mucha documentación por revisar, lo más complicado es encontrar algún vestigio de la época anterior al año 1841, pues los archivos fueron asolados en un incendio durante la primera guerra carlista”, explicó el técnico municipal. Sin embargo, aún es posible rescatar alguna joya documental, “el escrito más antiguo que se ha encontrado en el archivo es un programa de los festejos del municipio, que data del año 1818 y dada la gran cantidad de documentos que quedan por catalogar, no se descarta que puedan aparecer otros de esa época o anterior, pero es complicado”, indicó.

También existe un volumen importante de escritos pertenecientes a las épocas de la República, la Guerra Civil y la Posguerra. “Hay unos 10 metros lineales, es decir, unos 90 archivos donde se recoge este material”, indicó la edila de Cultura, Nieves Eugenio.

EXPOSICIÓN // Una vez culminado el inventario y la clasificación de estos documentos, se organizará una exposición temática sobre las etapas de la historia de la localidad, entre los años 1931 y 1947. En la muestra se incluirán también dos circulares del Ministerio de Trabajo que se localizaron hace unos días en la capilla del convento de San Francisco.

“Preparando el recinto para las obras que se iniciarán el próximo 20 de septiembre, en un baúl aparecieron estos dos escritos que, aunque no son relevantes, sí son curiosos, pues uno de ellos es un acta donde aparece un listado de los precios que tenían entonces la carne y el pescado”, indicó. Ambas circulares fueron almacenadas en la capilla junto a la biblioteca cedida por el Marqués de Benicarló, mientras se realizaban los trabajos de adecuación en el salón noble. Las obras tienen un valor incalculable y datan del siglo XVIII al XX. La mayor parte de los libros pertenecen al siglo XIX y abarcan varias temáticas. H