Los tratamientos mensuales para combatir el picudo rojo consiguen minimizar la plaga que afecta a las palmeras de Benicàssim durante los últimos años. Los datos desprenden una merma de los insectos capturados en las trampas colocadas para evitar, en la medida de lo posible, su proliferación. Además, sirven también de muestreo para comprobar su evolución. Mientras en abril del 2014 se acumularon alrededor de un centenar de hembras y unos 33 machos, este pasado mes de marzo cayeron en las trampas solo “25 hembras y siete machos”, según explicó el técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Benicàssim, Jesús Albuixech.

Cifras que contrarrestan con los detectados durante los meses más calurosos y después de la temporada estival, cuando se capturan entre 300 y 500 insectos mensualmente. “Sigue habiendo, pero en menor cantidad. Hay un descenso”, indicó el experto, tras analizar los resultados de la docena de trampas que el consistorio tiene distribuidas por distintas palmeras de todo el término.

Así, todo parece indicar que las medidas adoptadas desde que se detectara la plaga en el municipio, a finales del 2007, comienzan a dar sus frutos. Desde el departamento de Medio Ambiente se aplican tratamientos mensuales en las cerca de 800 palmeras que existen en la localidad. H