El delegado de Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, visitó este lunes las obras de recuperación del Palau-Castell de Betxí, junto al alcalde del municipio, Alfred Remolar; el subdelegado de Gobierno en Castellón, David Barelles; y los arquitectos que dirigen los trabajos. Durante el recorrido, Moragues avanzó que «la previsión con la que se trabaja es que este verano estén acabadas las tareas, de manera que este edificio gótico y declarado bien de interés cultural (BIC) esté completamente abierto al público y se convierta en un atractivo turístico más de la provincia de Castellón», resaltó.

Las actuaciones de la segunda fase se iniciaron en marzo del 2016 y ahora mismo están al 75%. Durante su ejecución, han permitido sacar a la luz otros restos interesantes del pasado, como unos esqueletos de la época islámica, con 1.000 años de antigüedad, lo que ha obligado a retrasar la finalización de las mismas.

«Gracias al apoyo del Gobierno de España se han podido recuperar elementos y espacios tan importantes como la sala de la bóveda, en la zona gótica del palacio; la cocina decimonónica de Pascual Meneu y el patiàs (patio); el baluarte y también el entorno del baluarte», dijo el delegado.

1,5% CULTURAL

La subvención del Ministerio de Fomento, a través del 1,5% cultural, es de 418.821 euros, el 77,47% del total adjudicado (540.614 euros). «Con este proyecto impulsado por Fomento y Cultura no solo rehabilitamos el patrimonio artístico, sino que damos un uso social a un BIC», afirmó Moragues, quien explicó que, finalizadas las intervenciones, todos los espacios en los que se ha actuado estarán abiertos al público y se podrán organizar conciertos y exposiciones.

PRIMEROS PASOS

Desde el Ayuntamiento de Betxí, el alcalde, Alfred Remolar, anunció que entre los primeros pasos que realizarán estará la licitación de la cafetería de esta joya renacentista, con la intención de que abra sus puertas con la máxima celeridad. Además, algunos actos de las fiestas estivales se celebrarán allí.

El proyecto de restauración que encara su recta final está diseñado por El fabricante de Espheras, que ganó el premio de Arquitectura Interior Ascer del 2014 con la reforma del claustro. El monumento sufrió un progresivo deterioro al que se puso fin en el 2002, con la compra del Ayuntamiento a sus últimos dueños, la familia Pascual Meneu.