El debate está en la calle y, cada vez más, también en los despachos. El número de comisiones falleras no para de crecer y, por el contrario, apenas desaparece alguna de vez en cuando. Pero lo que a priori podría considerarse bueno para la fiesta, no lo es tanto, ya que la cifra de falleros no aumenta y, por lo tanto, cada vez que nace una nueva comisión fallera, una o varias se debilitan, en lo que al número de comisionados se refiere, ya que la nueva agrupación se nutre principalmente de integrantes que se marchan de otras agrupaciones.

Y ese es el motivo por el que ya son varias las voces que empiezan a ver la posibilidad e, incluso, la necesidad de limitar el nacimiento de nuevas entidades.

Las fallas de barrio son, a día de hoy, las que más problemas económicos y de personal presentan y eso, al final, se traduce tanto en la actividad fallera como en el monumento que plantan.

INJUSTICIA // Desde el Ayuntamiento se quiere poner coto porque se ve como algo injusto que todas las comisiones perciban la misma subvención económica del consistorio cuando hay tanta diferencia entre unas y otras.

Este ha sido uno de los motivos por los que el edil de Fiestas, Carlos Solá, ya ha comenzado a primar este año a las creaciones. “Prácticamente con el mismo presupuesto, hemos cambiado las reglas del juego y hemos dotado económicamente mejor los premios de los monumentos falleros”. Solá explica que, como máximo, se ha dado un galardón en metálico a los tres primeros.

Pero, además, se han eliminado las dotaciones económicas de otras cuestiones como los llibrets o la crítica. La intención final es la de “primar a las mejores fallas que, al final, son las que atraen a los vecinos de las poblaciones vecinas hasta Burriana”.

El presidente de la Federació de Falles, Josep Nos, por su parte, indica que “los barrios están pendiendo fuerza y mantener el nivel resulta muy complicado”.

“O se sube el censo de falleros o habrá muchas entidades que tendrán muchos problemas simplemente para manter la actividad”, matiza. Nos añade que, “antes, se hacían rifas todas las semanas en la zona donde se ubica la creación pero eso ahora es inconcebible, tanto por parte de los vecinos, que no colaborarían, como por parte de los falleros, que tampoco están por la labor de salir a vender rifa semanalmente. Así es difícil subsistir económicamente con pocos miembros”. Por eso apunta a que algo habrá que hacer porque el número de comisiones en relación al de integrantes está desproporcionado y Burriana es una de las localidades con menos falleros por falla. H